Han transcurrido algunas semanas desde que usé la aplicación de aprendizaje de idiomas Duolingo. En un momento estaba haciéndolo bastante bien, hasta que un día estuve demasiado ocupado y se me olvidó practicar. Al día siguiente volví a hacer lo mismo.
“Qué demonios”, pensé. “Perdí mi oportunidad ayer, así que bien podría darme otro día libre hoy”. ¿Te suena esto familiar?
Este efecto “qué demonios” ocurre porque “sientes que has fallado”, explica Marissa Sharif, profesora asistente de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos.
“Después de un pequeño fracaso, la gente a menudo se rinde por completo”, apunta Sharif.
Las personas que se dan más espacio son más capaces de hacer frente a los contratiempos.
Sharif ha pasado su carrera estudiando cómo respondemos a los pequeños fracasos.
Muchos de nosotros luchamos por alcanzar nuestras metas y su trabajo indica que las fallas a corto plazo nos descarrilan. El efecto “qué demonios” describe por qué estos contratiempos parecen golpearnos duro.
Afortunadamente, puede haber una forma de superar tales fallas. Existe una técnica que podría ayudar a recuperarse: canalizar tus “reservas de emergencia”.
Sharif dice que las personas que se relajan un poco son más capaces de hacer frente a los contratiempos.
Cómo usar las “reservas de emergencia”
Supongamos que deseas crear un presupuesto. Tienes un máximo de 1.500 dólares y quieres tener algunos ahorros.
Podría hacer un presupuesto rígido de 1.300 dólares y esperar conseguir ahorrar 200 dólares. Las personas que hacen esto pueden tener éxito, pero si por alguna razón excedes tu presupuesto, es probable que se active el efecto “qué demonios” y que gastes mucho más.
Lo cierto es que fijas tu presupuesto en 1.500 dólares y la mayoría de las personas terminan gastando la cantidad total, sin ahorros.
Sin embargo, quienes crean un presupuesto de 1.300 dólares, pero consideran los 200 dólares restantes como una “reserva de emergencia” -y por cualquier razón, necesitan ir un poco más allá de su presupuesto- terminan gastando menos que cualquiera de los otros grupos.
Almacenar mentalmente ese dinero para usar en situaciones de emergencia crea un sentimiento de culpa al usarlo.
Al darte un poco de margen de maniobra al fijar tu objetivo obtienes todos los beneficios de una meta desafiante, pero si usas esos fondos adicionales no se desencadena el efecto “qué demonios” que te hace perder el control.
Un factor clave al establecer tu límite de reserva de emergencia es que haya suficiente culpa para usarlo.
“Tiene que haber un costo psicológico al usarlo”, dice Sharif.
“Nuestra intuición nos dice que no usemos nuestras reservas de emergencia porque podríamos tener una mayor necesidad de ellas más adelante. Muchas veces no terminas usándolas en absoluto. Las personas son resistentes a usarlas a menos que realmente tengan que hacerlo”.
Sharif da otro ejemplo de tratar de alentar un comportamiento positivo.
¿Los siete días de la semana?
En uno de sus estudios se le pidió a las personas que alcanzaran un objetivo al día: un grupo tuvo que alcanzar su meta los siete días de la semana y otro grupo, solo cinco días por semana.
A un tercer grupo se le permitió una reserva de emergencia. Se les pidió que alcanzaran su objetivo en siete días, pero que se permitieran dos “días de omisión” para ser utilizados como mejor les pareciera.
Las personas tienden a esforzarse más si se les dan objetivos más difíciles, sugiere Sharif, porque quieren acercarse a esa meta.
Sin embargo, la desventaja es que es más probable que fallemos en ellos. En el experimento, el grupo que estableció un objetivo difícil tenía más probabilidades de rendirse por completo si fallaba un día.
Las metas más fáciles son más alcanzables, pero hay poca motivación para sobrepasar nuestro objetivo una vez que lo alcanzamos.
Las personas en el grupo objetivo de cinco días rara vez sobrepasaron su objetivo. Vieron que llegar a los cinco días se convirtió en un trabajo bien hecho y evitaron ir más allá.
La estrategia de reserva de emergencia trata de aprovechar los aspectos positivos de ambos objetivos, tanto los fáciles como los difíciles.
En el estudio de Sharif, en comparación con las personas de los otros dos grupos, las personas del grupo de reservas de emergencia tomaron más medidas y alcanzaron sus objetivos en más días.
Los puntos de referencia
Hay otras tácticas que pueden combinarse con la estrategia de reserva de emergencia. Un ejemplo: los estudios han demostrado que manejamos mejor los contratiempos cuando tenemos la oportunidad de limpiar la pizarra.
Hay una razón que explica por qué creamos resoluciones de Año Nuevo. Establecer una fecha importante nos facilita comprometernos con un nuevo plan.
El comienzo de un año es quizás el ejemplo más obvio, pero el efecto también se observa con “puntos de referencia temporales” menos significativos, como el comienzo de un nuevo mes o semana.
La búsqueda de la palabra “dieta” en Google y las visitas al gimnasio aumentan en los primeros días de los meses y las semanas, por ejemplo.
Hengchen Dai, investigador de la UCLA Anderson School of Management, ha estudiado este efecto de manera exhaustiva.
Su análisis muestra que los puntos de referencia crean nuevos “períodos contables” mentales que nos permiten dejar atrás las imperfecciones previas.
La llegada de un nuevo año, mes o semana también nos permite pensar en el panorama general, lo que ayuda con la motivación para los comportamientos aspiracionales.
No seas demasiado duro contigo mismo
Del mismo modo podríamos utilizar una excusa externa como una oportunidad para comenzar de nuevo.
Si el gimnasio se cierra, por ejemplo, debido a un mantenimiento inesperado, podríamos no ser demasiado duros por perder esos días, dice Sharif, y ver el día que se vuelve a abrir como una oportunidad para restablecer nuestros contadores mentales.
“Si fracaso por alguna razón externa, como que el gimnasio está cerrado, me sentiré menos mal y es más probable que persista”, dice Sharif.
“Si es porque me siento flojo, una razón interna, me detendré”.
Sharif dice que la idea de construir reservas de emergencia funciona para cosas como el estado físico, tareas de trabajo aburridas o aplicaciones para aprender idiomas.
En el lugar de trabajo, Sharif recomienda construir reservas de emergencia para todas las tareas como una costumbre. Naturalmente, las tareas que requieren la supervisión de un gerente o colega pueden ser menos adecuadas. Pero en los casos en que te retrases por la tardanza de otra persona, podrás jugar la carta de “no es mi culpa”.
“La única situación en la que podría ser malo es cuando eres adicto a algo. Es posible que si eres fumador y quieres reducir la cantidad de días, las reservas de emergencia podrían no ser útiles. No sé qué sucedería”, comenta la investigadora.
Tal vez, trata de no ser demasiado duro contigo mismo si tienes un revés. La evidencia sugiere que vemos nuestros fracasos como catástrofes cuando realmente deberíamos verlos como resbalones justificables. En cualquier caso, tendrás la oportunidad de borrar la pizarra el lunes.
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