Estados Unidos y Corea del Sur concluyeron hoy sus maniobras militares anuales Ulchi Freedom Guardian, en un ambiente de recrudecida tensión en la península tras el último lanzamiento de un misil norcoreano en protesta por los ejercicios.
Las maniobras comenzaron el 21 de agosto y contaron este año con la participación de 50.000 efectivos surcoreanos, al igual que el año pasado, y 17.500 soldados estadounidenses (3.000 de los cuales están estacionados fuera de Corea del Sur), 7.500 menos que en 2016, según informó el Ejército surcoreano.
Representantes de siete países (Australia, Canadá, Reino Unido, Nueva Zelanda, Holanda, Dinamarca y Colombia) del Comando de la ONU, que tomó parte por Seúl en la Guerra de Corea (1950-1953), también participaron en esta ocasión en los ejercicios, que son la mayor simulación bélica computerizada del mundo.
Los puestos de mando de los aliados se centraron en esta ocasión en la puesta en marcha del programa OPLAN 5015, que simula la inutilización de las armas de destrucción masiva del enemigo y la preparación de las tropas para un ataque preventivo.
Varios altos cargos del Ejército estadounidense supervisaron los ejercicios de este año, entre ellos el comandante del Comando del Pacífico (PACOM), el almirante Harry Harris, el jefe del Comando Estratégico, John Hyten, y el director de la Agencia de Defensa de Misiles, el teniente General Samuel Greaves.
En una rueda de prensa ofrecida un día después del arranque de los ejercicios, Harris aseguró que el Ejército de EE UU confiaba en la diplomacia para resolver la actual crisis con Corea del Norte.
Pese a la menor presencia de tropas de Estados Unidos, que esta vez optó por no enviar grandes activos estratégicos como bombarderos de largo alcance ni un portaaviones de la flota UFG, Corea del Norte protestó enérgicamente contra la realización de las maniobras con el lanzamiento esta semana de un misil balístico de medio alcance.
El último test, realizado el martes, fue una «advertencia» para el país norteamericano y un «preludio significativo para mantener a raya a Guam» -isla del Pacífico sede de importantes bases militares estadounidenses-, declararon en la víspera los medios norcoreanos.
Pyongyang, que el pasado sábado rompió casi un mes de tregua armamentística con el lanzamiento de tres misiles de corto alcance, ha recrudecido nuevamente el ambiente en la península coreana y llevado al presidente estadounidense Donald Trump a decir que hablar «no es la solución» con el país asiático.
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