La incertidumbre y el desánimo se han apoderado de los migrantes en la frontera norte de México, a horas de que Donald Trump retome la presidencia de Estados Unidos, incluso orillando a algunos a replantearse si regresan a sus países de origen.
Las políticas antiinmigrantes que caracterizaron su primera administración vuelven a generar temor y desesperanza entre quienes buscan cruzar la frontera.
José, un migrante hondureño, narró a EFE su desilusión y amarga experiencia en su recorrido hasta la frontera norte de México.
«Ha sido un camino bien difícil, por los secuestros, fui secuestrado aquí en Ciudad Juárez. Y mi intención era pasar a Estados Unidos, pero como ya ganó Donald Trump, ya se acabaron las ilusiones”, narró.
Con decepción, detalló cómo fue interceptado y golpeado por un grupo armado que lo mantuvo cautivo e incluso intento extorsionar a sus familiares, hasta que se cansaron y los dejaron botados en una de las puertas fronterizas con Estados Unidos.
Otro caso es el de José y su sobrino de 17 años, quienes planeaban trabajar en EE UU para apoyar a su familia en Honduras.
No obstante, ahora consideran regresar a su país.
«Así es, se fueron las esperanzas. Se finalizó (el sueño americano)», lamentó.
Las historias de secuestros y violencia en esta zona fronteriza son numerosas.
Según José, “la verdad es que toda la frontera, todo el muro está gobernado por los carteles».
Este panorama, combinado con la llegada de Trump, ha eliminado la esperanza para muchos migrantes, quienes ahora consideran regresar a sus países de origen.
Desde la Casa del Migrante en Juárez, Yvonne López de Lara, coordinadora del Departamento de Derechos Humanos, confirmó el impacto de las medidas migratorias anunciadas.,
«Ahora tristemente han salido varios grupos de aquí, que ya habían estado bastante tiempo hablando de seis, cinco, siete meses, pero con estas fechas que estaban diciendo que se va a acercar el presidente decidieron irse a entregar», señaló.
López de Lara explicó que la organización, con más de 35 años de experiencia, se prepara para enfrentar una posible crisis humanitaria.
“Con toda la intención humanitariamente estamos preparándonos, principalmente el director lo que le interesa es la alimentación, de cómo poder darles el alimento a los migrantes, porque en sí podemos tener 1.138 cómo nos ha tocado tener en las caravanas que llegaron aquí».
Destacó que, a pesar del apoyo comunitario, el respaldo gubernamental sigue siendo limitado. «Creo que el gobierno lo que más podríamos pedir es la atención médica, en años pasados sí tuvimos situaciones fuertes de deportados que venían muy mal», apuntó.
Con el cambio de administración en Estados Unidos, la tensión ha aumentado en la fronteriza Ciudad Juárez.
Las esperanzas de miles de migrantes chocan con una realidad marcada por la violencia, la pobreza y políticas migratorias cada vez más restrictivas.
Mientras unos optan por entregarse, otros planean regresar a sus países, dejando atrás un sueño que parece inalcanzable.
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