Una barrita de chocolate es uno de los grandes placeres de la vida. Históricamente, este manjar dulce se ha asociado al ánimo, a momentos de celebración, al amor. Si se está triste, chocolate; en los cumpleaños, chocolate; en San Valentín, chocolate. Sin embargo, y aunque duela, hay que comerlo con moderación para controlar no solo el peso, sino la salud.
En este artículo no se hablará de cantidades sino de los momentos idóneos del día para comerlo. ¿Un cuadrito después de cenar o justo antes de ir a la cama? La pregunta es: ¿es esto recomendable?
Está demostrado que el azúcar agita y eso ocurre con el organismo al ingerir chocolate después de cenar. Un sueño reparador y de calidad es una rutina esencial para el bienestar. Y consumiendo este dulce, puede que se esté perdiendo.
Los componentes del chocolate
Y ahí es donde entra en juego el dulce. Más allá del efecto que pueda producir el azúcar, contiene también cafeína y teobromina, un derivado de la cafeína que tiene efecto estimulante.
Y no solo eso, también contiene triptófano, un aminoácido esencial y precursor de la serotonina, y feniletilamina, un alcaloide endógeno al que también se le conoce como el «químico del amor».
Así, pues, no convendría tomar o comer chocolate antes de ir a la cama. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de Harvard, basado en el análisis de resultados de suplementos de cacao y multivitaminas (Cosmos), avala al chocolate negro como un potente antioxidante que puede ayudar a reducir el riesgo de algunas enfermedades crónicas y mejorar el estado de ánimo y la cognición.
«Pequeñas cantidades diarias del amargo (y trozos ocasionales de otros tipos de chocolate) pueden ser parte de una dieta saludable, pero no deben considerarse un alimento saludable como tal», señaló la investigación.
No obstante, advierten que no está claro cuánto consumo diario de chocolate sería necesario para obtener un beneficio para la salud. Los flavonoides pueden perderse cuando el cacao se procesa en barras comerciales.
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