Por Pablo Kaplún Hirz
Llega a través de canales muy confiables varios videos sobre cómo el ¿vavandalismo? ha destruido una enorme porción del Núcleo Sucre de la Universidad de Oriente (UDO). No sé si es para todo público pero el video alojado en Facebook https://www.facebook.com/watch/?v=352466096636877 nos muestra algo más que hechos vandálicos. Hechos vandálicos producen la ruptura de una estatua, grafitis groseros, destrucciones parciales de un edificio o acumulación en cantidades desorbitantes de basura, pero no la demolición prácticamente completa e irreparable de una infraestructura. La noticia en realidad no es reciente, pero antes no me había tocado ver estas imágenes en directo.
Por grupos de WhatsApp, que por torpeza no me fue posible subir a plataformas accesibles a todo público, llegan imágenes aún más terribles, al extremo de arrancar en mí un llanto incontenible. Es cierto que este núcleo universitario era arquitectónicamente modesto si lo comparamos con la Ciudad Universitaria de Caracas en la cual, a partir de que se cayera un techo de un tramo de uno de sus pasillos, llevó a un hecho impensable para pocos hasta hace no mucho: que el gobierno nacional se implicase completamente en la reparación de amplias áreas del admirado Patrimonio Mundial declarado por la Unesco. El procedimiento para tal proceso no quedó exento de polémicas, pues se hizo sin respetar los procesos de autonomía que –se supone- corresponden al accionar universitario.
Pero claro, la UDO-Cumaná ni es Patrimonio Mundial ni queda en Caracas, centro de la gran burbuja que se ha empeñado en crear el gobierno. Pero, así como es innegable la recuperación arquitectónica de la UCV, no es menos negable la destrucción total de las edificaciones universitarias a las que hago alusión sitas en Cumaná. Me pregunto si sólo la intención vandálica puede explicar este hecho. Compartí imágenes con españoles de izquierda, grandes adeptos a que haya una solución negociada en Venezuela y me preguntaron si mostraba vandalismo o las imágenes de un bombardeo.
Un periodista internacional para tratar de explicar la situación de la emigración venezolana, tan incomprensible para muchos, calificó la misma como “guerra civil de baja intensidad” donde los grupos en guerra son difíciles de dibujar bajo las líneas de uno u otro bando, pues gran cantidad de armas está en manos de civiles. Esto es parte de lo que ha llevado a que esfuerzos como los liderados por Macron, Lula y Fernández y otros cientos de iniciativas bien intencionadas, pero ingenuas sobre lo que realmente ocurre en nuestro país, produzcan en los venezolanos gran escepticismo. Pues bien, lo que veo en estas imágenes tal vez sea una de las mejores demostraciones de que en Venezuela existe algo más que una violación del Estado de Derecho.
¿Cómo se va a hacer para que los profesores que aún quedan de la UDO, que están dispuestos a trabajar por apenas 70 u 80 dólares mensuales, puedan medio normalizar los procesos de estudio como se está haciendo en otras universidades autónomas nacionales? Yo personalmente apoyo toda iniciativa pacífica que llegue a una propuesta CREÍBLE de solución en Venezuela, sobre todo si toma idea de la urgencia de la misma y logra compromisos integrales y verificables. Lo que pasó en la UDO no es un hecho aislado, es parte de una idea que va más allá del vandalismo. Creo firmemente que en los equipos negociadores deben participar calificados ambientalistas venezolanos…la solución puede y debe ser INTEGRAL y el primer punto fundamental es el desarme de los grupos irregulares armados.
Apasionadas líneas las de hoy, pero ¿qué otra cosa se puede escribir cuando uno ve videos como estos?
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