La llaman la aromática de la felicidad y en el último tiempo cobró renovado protagonismo. Fue tanto gracias a sus propiedades terapéuticas como a un libro de un médico argentino que se convirtió en best seller el año pasado y que lo puso en el centro de atención de aquellos con problemas digestivos, pero también de los que cursaban procesos infecciosos tanto a nivel respiratorio como dérmico.
Resetea tus intestinos. Sana más de 15 enfermedades y recupera tus ganas de vivir es el primer libro del doctor Facundo Pereyra, especialista en medicina interna, gastroenterología y endoscopía digestiva, quien desarrolló un novedoso programa de salud digestiva que creció en popularidad. Entre algunas de las recomendaciones que sugiere, se encuentra la de incluir aceite de orégano en la alimentación.
“El aceite de orégano es uno de los remedios más populares como tratamiento alternativo en gastroenterología”, asegura en su cuenta de Instagram el especialista, que realizó rotaciones en España, Australia y Estados Unidos y luego regresó a Argentina.
“En los últimos años se publicaron varios artículos científicos que avalan el uso de este agente natural. Si bien para la ciencia no queda claro cómo ni cuánto tiempo usarlo para la patología digestiva, comparto el enfoque alternativo que uso con mis pacientes para colon irritable, cándidas o parásitos e incluso para sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés)”, prosigue.
Hierba ancestral
Pero ¿qué tiene de especial el aceite de orégano? El orégano es una hierba medicinal y culinaria antigua que contiene algunas de las propiedades antioxidantes más altas del reino vegetal. Es una excelente fuente de vitamina A, vitamina C, vitamina K, complejo B, potasio, calcio, hierro y magnesio.
Eso no es todo. Tiene poderosas propiedades antisépticas, antibacterianas, antivirales y antifúngicas que han demostrado ser beneficiosas en el tratamiento de resfríos, influenza, infecciones virales, enfermedades respiratorias, indigestión, problemas estomacales y menstruaciones dolorosas. Se sabe que el orégano elimina los venenos del cuerpo y desintoxica todo el sistema linfático.
También puede ayudar a fortalecer el tracto digestivo y expulsar el gas atrapado de los intestinos para aliviar los efectos de la hinchazón y el malestar abdominal. Permite equilibrar el metabolismo y fortalecer los órganos centrales del cuerpo. Y en ese sentido promueve un microbiota sano. “El microbiota es el conjunto de microorganismos (virus, bacterias, hongos, levaduras) que viven en nuestro intestino. Cada persona tiene una microbiota diferente y cambiante pues se encuentra condicionada por factores como la alimentación, el nivel de estrés, el medio ambiente, etc. Un microbiota adecuado ayuda a tener un intestino desinflamado, lo que se relaciona con una correcta digestión y fermentación de los alimentos y por ende una buena absorción de nutrientes”, asegura la nutricionista Julieta Lupardo.
Un microbiota sano, entonces, defiende contra toxinas o microbios a través del óptimo desarrollo del sistema inmunitario. Y esto no es solo a nivel del intestino sino general. Por el contrario, cuando se encuentra dañada, somos más propensos a enfermarnos, a padecer enfermedades autoinmunes y a tener déficit de algún nutriente.
Bactericida natural
Según indican investigaciones, el responsable del aroma y acciones bactericidas del orégano sería un compuesto llamado carvacrol, también encontrado en otras hierbas como el tomillo. “Algunos estudios científicos relacionan al aceite de orégano con funciones antisépticas, antioxidantes y antimicrobianas. Aunque el mecanismo de acción aún no está claro, se cree que dicho aceite lograría una reducción en la acción de ciertos patógenos, bacterias, hongos, parásitos, así como también en el daño en la pared celular de determinadas levaduras”, explica Stefanía Savoia, licenciada en nutrición y miembro del Departamento de Nutrición de New Garden (cadena de tiendas de alimentos naturales de Argentina).
Hasta el momento lo más estudiado del aceite de orégano es la acción contra la cándida, hongo oportunista que se aloja en todo nuestro organismo. Tanto a nivel dérmico (piel y uñas) utilizado de forma tópica, como a nivel digestivo (esófago, intestino) y de consumo oral, el aceite de orégano es un buen aliado para tratar estas afecciones.
“El orégano tiene en su composición fitoquímicos que nos traen beneficios para la salud y la belleza. Tan solo una infusión de orégano calmará el dolor de garganta, un resfrío, y es gran aliada para la digestión, ya que tiene propiedades antiinflamatorias y antisépticas”, dice la chef vegana Silvina Premmurti.
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