Por Pablo Kaplún Hirsz
La dignidad de los pueblos indígenas es un derecho especialmente garantizada en la Constitución de la República (artículos 120 a 123). La violación de estos derechos es una de las grandísimas deudas que el Estado venezolano tiene hoy día. En las últimas semanas se ha publicado en la prensa reportes de ejecución de actos violentos por parte de yukpa, especialmente en el Municipios de Machiques en el estado Zulia, la zona donde vive la mayor parte de las comunidades de este pueblo originario. La violencia ha sido objeto de sorpresa para muchas personas que no entienden que hacen estos “indios salvajes retobados”. Desde el Ejecutivo nacional en primera instancia se buscó reprimir estas manifestaciones y criminalizarlas. En estos días difundimos en esta columna una alerta por esta situación. Hoy vamos a tratar de ofrecer otra perspectiva del conflicto que aqueja a los yukpa en estas semanas.
En primer lugar presentaremos una exposición sobre las características de este pueblo aborigen. Luego comentaremos el conflicto actual, esperando que esto permita aclarar un poco esta compleja situación
Yukpa: lengua, vestimenta, gastronomía, artesanía
Al respecto utilizaremos un texto disponible en Internet :
Los Yukpa son una comunidad indígena venezolana que vive en el estado Zulia, específicamente en el municipio Machiques, en un tramo de la Serranía de Perijá, que abarca desde el río Santa Rosa hasta el alto río Guasare. El término yukpa en su idioma quiere decir “indio manso”.
Los colonos los denominaban “cabezas rapadas”, aunque dicho nombre es ambiguo ya que fue aplicado también a otros pueblos, como a los Barí. Otros nombres con que se conoce la etnia son chaqués, macoitas e irokas.
Organización social
La sociedad Yukpa está formada por una familia extensa dirigida por el “Kapeta”, un jefe o cacique que se encarga de tomar decisiones en consenso con su comunidad. Las familias nucleares establecen sus viviendas una muy cerca de la otra de manera que puedan protegerse entre sí. Actualmente los asentamientos se han dispersado un poco, pero siguen conservando su cultura y forma de gobierno.
En cada comunidad se encuentra el “Tomaira”, líder religioso, organizador de ceremonias y canto, que intercede por su comunidad ante el mundo sobrenatural; y el “Tuano”, médico tradicional o chaman, conocedor de plantas medicinales y encargado de diagnosticar las enfermedades y curarlas.
Desde pequeños, los integrantes de la etnia son instruidos en las labores específicas para cada sexo. Los jovencitos acompañan a los adultos a cazar y pescar, mientras que las hembras ayudan a sus madres en las labores del hogar.
El matrimonio es arreglado por el papá de la novia, siendo común la unión entre primos cruzados. El novio debe ayudar al suegro en las labores de siembra y cosecha, por un tiempo determinado. Es costumbre realizar una ceremonia para formalizar la unión.
Características culturales de los yukpa
Lengua
Los Yukpa hablan el idioma yukpa – japrería, perteneciente al tronco lingüístico Caribe. La mayoría de las comunidades se comunican diariamente en su lengua originaria, transmitiendo así la cultura de sus antepasados a los más pequeños, sin embargo, también son muy reservados, y en presencia de gente extraña utilizan el español que también hablan perfectamente.
Economía
La economía de esta etnia se fundamenta principalmente en los cultivos intercalados de maíz con frijol, yuca y plátano, en pequeños conucos que son construidos, en las adyacencias de su caserío, utilizando la tala y la quema. Además, siembran en menor proporción café, caña de azúcar, ocumo, frutas y vegetales.
También practican otras actividades complementarias como la cría de aves de corral y ganado vacuno, la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres e insectos.
Los hombres fabrican sus utensilios de trabajo como arcos, flechas y anzuelos y las mujeres elaboran diversos tipos de artesanía como hamacas, cestas y utensilios del hogar.
Creencias religiosas
Sus creencias religiosas son muy diversas. Adoran a un ser supremo llamado “Amoretoch”, que consideran su primer Dios. Rinden culto tanto a los elementos de la naturaleza, entre ellos a la lluvia, el sol, la luna y las estrellas, como a seres espirituales poseedores de la verdad y con poderes especiales para traer el bien o el mal sobre la comunidad o un individuo en particular.
Creen que las personas al morir viajan a un lugar lejano, en el mismo planeta, llamado el país de los muertos. Para llegar allí deben cruzar una selva peligrosa, fuertes muros y amplios ríos, sufriendo los tormentos de la mujer rana, pero al llegar habitan allí felices mejor que los vivos.
En las últimas décadas, otras religiones como la católica y la cristiana evangélica han logrado introducirse en algunas familias Yukpa, principalmente las que se encuentran más cerca de las comunidades criollas. Aun así, los dogmas ancestrales prevalecen.
Costumbres y festividades
Los yukpas celebran y hacen rituales para toda ocasión: el nacimiento y presentación de un niño, el matrimonio entre primos cruzados, para la cosecha y la cacería, para enterrar a sus muertos. En ellas, cantan, bailan y preparan abundante comida y bebida.
Un ritual popular es el de iniciación a la mujer en su primera menstruación, el cual consiste en someterla a una dieta estricta, cortarle las uñas y el pelo preparándolas para su nueva condición, en la que ya puede darse en matrimonio y ocuparse de un nuevo hogar.
Con relación a los rituales de la muerte de algún integrante de la comunidad, hay dos prácticas ancestrales o el doble entierro. En el primero, la persona al morir es enterrada en posición fetal y envuelta en telas o esteras, unos meses después, se sacan los huesos y se entierran en la montaña donde reposan los ancestros
Vivienda
La vivienda tradicional de los Yukpa se llama Munna, hecha de forma rectangular con paredes de madera de yarumo y caña brava, bahareque o tablas, el techo a dos aguas de hojas de palma o plátanos y piso de tierra.
Cuando van de cacería por tiempo prolongado en sitios alejados de la vivienda permanente, construyen casas temporales denominadas pikapas, construidas con enramadas y techo de palma inclinado que pega al suelo, en una sola agua.
El medio de transporte a través de las montañas es a pie o sobre caballos, burros y mulas.
Vestimenta
La vestimenta típica de los indígenas yukpa eran piezas elaboradas con pieles de animales, hojas y otro material disponible en la naturaleza que les proveerá protección contra del frio principalmente.
En la actualidad, las mujeres usan unas mantas tejidas o elaboradas con telas comerciales, que las cubre en su totalidad. El hombre utiliza también la vestimenta occidental, pantalón y camisa.
Para protegerse del sol llevan sombreros de paja y se adornan con collares elaborados con semillas silvestres como el ojo de buey y el huairuro o peonia que, más que ornamental sirve de protección contra los espíritus malos y enfermedades como el mal de ojo.
Gastronomía
La alimentación diaria del Yukpa se basa principalmente en el maíz, la yuca y el plátano. La carne es obtenida por la cría de aves de corral, ganado vacuno y las presas de la cacería y la pesca. Además, los insectos, moluscos y algunos mariscos que recolectan son incluidos en su dieta”.
En las últimas décadas las comunidades los yukpa incluyeron en su alimentación, productos comerciales que compran o cambian en otras regiones, con lo cual facilitan y varían su nutrición, pero esto los ha vuelto a la vez más vulnerables y dependientes de la cultura criolla.
Violencia contra los yukpa
Estos “indios mansos” han sufrido graves agresiones desde tiempos de la conquista pero lo importante es tratar de entender el conflicto actual. El fondo de su situación es que el Estado no ha cumplido con su obligación constitucional de demarcar territorios yukpa y ni siquiera se ha respetado los escasos territorios absolutamente marginales donde se les ha obligado a ubicarse a la espera de la famosa demarcación. Como esta obligación el Estado no la cumple bajo ningún concepto, los indígenas desde hace más de una década han intentado invadir haciendas ubicadas en el territorio ancestral que por lógica y obviedad les pertenece. Esto llevó a respuestas mucho más violentas de parte de los ganaderos afectados y, entre las numerosas agresiones se asesinó a uno de los mayores líderes indígenas que ha existido en el país en los últimos años como lo fue Sabino Romero, ultimado el 3 de marzo de 2013, dos días antes del anuncio de la muerte de Chávez con lo cual el hecho quedó un poco opacado, hecho que la Justicia venezolana poco penó, especialmente sus autores intelectuales nunca han sido objeto de aprehensión. También se ejecutaron otros asesinatos contra este pueblo.
Esta situación ha vuelto a los yukpa muy desconfiados de la cultura criolla. La lucha de Sabino ha sido continuada por sus herederos, su hijo conocido como Sabinito y muy especialmente por las viudas de los asesinados como es el caso de Lucía Martínez, esposa del gran cacique ejecutado. Sin embargo, en tiempos recientes, se llegó a un acuerdo por el cual el gobierno nacional compraría a los yukpa la producción de sus artesanías, uno de los pocos rubros todavía pueden producir en sus reducidos territorios. La producción de artesanías ante tal pacto fue grande, el gobierno no ha cumplido su promesa lo cual ha desatado la reciente ira yukpa, la cual se ha llegado a manifestar con violencia, especialmente al ver los yukpa que se les impedía viajar a Caracas para reclamar sus derechos, ni siquiera a Maracaibo han podido desplazarse porque sus manifestaciones han sido en el terminal de Machiques y la carretera principal de ese municipio. Sencillamente se les confina y se les obliga a vivir una situación desesperante de hambre y enfermedades mortales como la malaria, la leishmaniasis y las picadas de culebras venenosas ante las cuales no cuentan con suero antiofídico. La violencia obviamente es el último recurso que les queda a este pueblo. Debe decirse que ni siquiera se les ha permitido desplazarse a Caracas a protestar ni a ir a vender allí su artesanía. Cuando los Yukpa han ido a Caracas a vender artesanía es común verlos por el centro en condiciones muy dramáticas, por lo que, si bien es la única salida que consiguen, la misma es una falta grave a la dignidad de su carácter originario y hasta su condición humana.
No obstante, se debe resaltar que no son todos los yukpa que se han alzado, quienes más reclaman son los habitantes de la cuenca del río Yaza. La situación se volvió tan desesperante que pareció que se estaba preparando un etnocidios contra ellos, finalmente, muy recientemente, el gobierno por fin parece escuchar, ha enviado personeros de peso al área y habría un acuerdo para comprar su artesanía.
“El gobierno debe ser honesto y no se puede usar la necesidad del pueblo yukpa para manipularlo y mentirle”
A continuación, transcribimos una nota de la periodista María Iriarte – Fe y Alegría Noticias que permite acercarse más a la situación que se vive en la zona.
“El fray de la Misión Los Ángeles del Tokuko en la Sierra de Perijá, Karol Camargo, aseguró que no se puede usar la necesidad del pueblo yukpa para manipularlo y mentirle, ofreciéndoles soluciones que solo les traerán un poco de dinero a sus bolsillos, pero que no resuelven sus carencias reales.
Durante su entrevista ofrecida al programa Háblame Bajito, transmitido por Radio Fe y Alegría Noticias, el fray Camargo sostuvo que los agentes gubernamentales deben ser honestos con los pueblos indígenas y crear proyectos específicos que permitan atender y solventar sus padecimientos más urgentes, por ejemplo en el área de educación y de salud.
Las condiciones de las vías son deplorables, no sirven las carreteras y los accesos los hacen en mula o a pie. Una cantidad de niños mueren por esa misma situación y por mordeduras de serpientes, enfermedades y gripes que se convierten en neumonías. Creo que hay que sentarse y elaborar un proyecto real acorde a sus necesidades” puntualizó.
Sobre el actual conflicto que mantiene un grupo de yukpas que quieren llegar a Caracas a vender su artesanía y ayudar a quienes mueren de hambre en la Sierra de Perijá, consideró que la situación es producto de la improvisación, ya que tras un acuerdo con el Ministerio de Pueblos Indígenas, les prometieron comprarles toda su artesanía y luego dejaron de hacerlo sin darles una explicación.
A su juicio, la ofrenda fue descabellada porque no se pensó a dónde se llevaría la artesanía, qué harían con ella y cuánto realmente podían comprar. Por lo tanto, lo que procede ahora es dialogar con los líderes y voceros yukpas para plantear una solución.
La violencia no viene de todo el pueblo yukpa.
Asimismo, insistió en que no hay que estigmatizar a los yukpas, en que se debe especificar que no es todo el pueblo el que está ejecutando acciones violentas y en la necesidad de visibilizar sus necesidades.
Por otro lado, explicó que las 48 comunidades que atiende la Misión Los Ángeles del Tokuko se sustentan a través de la producción de yuca, plátano, topochos o piñas, que posteriormente venden o utilizan para hacer trueques.
Agregó que el apoyo que reciben de la Alcaldía de Machiques es mínimo, pero comentó que la semana pasada la Alcaldía de la Concepción les cedió un espacio en el mercado donde pudieron vender sus productos.
“Sé que al principio de la gestión, el Gobierno nacional les bajó muchísimos recursos, pero sin la contraloría necesaria no se le hizo un seguimiento y acompañamiento, manifestó el fray”.
Vale destacar finalmente que los yukpa tienen un defensor incansable e incondicional en la persona del profesor Lusbi Portillo de la “Sociedad Homo et Natura”, eso les ha permitido mantenerse firme en su lucha, a pesar de los pesares.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional