Los viajes de negocios en Latinoamérica han ganado auge en la última década, dejando atrás los vacacionales, debido a las ideas de innovación y mercadeo que emplean las empresas para hacer una gestión más favorable.
“La economía de los países se mueve a través de la organización de flujos más grandes, como los de congresos y de reuniones, que los de vacaciones, que son más esporádicos”, explicó el gerente de proyecto de ViajesCorp Américas 2018, Fabio Giraldo.
El encargado comentó que la plataforma que gerencia surge por la necesidad de profesionalizar y actualizar a los gestores ejecutivos de viajes o travel manager de la región.
“Se está dando cuenta de que los viajes de negocios, además de las convenciones, crecen, por eso es necesario que las compañías se enfoquen en buscar espacios para desarrollar, y esta actividad (ViajesCorp Américas) reúne esas facilidades”, detalló Giraldo.
El agente de viajes para América Latina de Unilever, Vinicius Luz, dijo que para enfrentar las demandas del mercado es vital que se haga uso de procesos tecnológicos, para optimizar el servicio dado a multinacionales que contratan a los que están detrás del planeamiento de viajes corporativos y también de convenciones.
“El punto principal es que el travel manager esté familiarizado con el proceso y tenga una visión de ganar-ganar en todos los procedimientos, los cuales incluyen una agenda de viajes corporativos”, manifestó. Señaló que entre 1990 y 2000, el equipo de viaje corporativo no tenía un valor efectivo dentro de una organización, pero ahora es imprescindible en los temas de negociaciones.
Además, la directora comercial de Global Event, Lupita Robles, declaró que la industria de reuniones adopta técnicas como la neurociencia aplicada al mercadeo y la innovación, para crear experiencias entre los asistentes. “Tenemos que empezar a detectar las necesidades reales de los participantes, para poder crear experiencias, porque muchas veces no se piensa en el usuario final”, exclamó.
Sostuvo que aún existen vicios en la industria por el miedo a innovar y salir del área de confort, por lo que recomendó a los organizadores de eventos mejorar el servicio, dado que el cliente es el que vive la actividad.