La crisis es una realidad que insiste en permanecer en nuestro día a día ¿Cuándo fue la última vez que pudo decir: “ahora todo está mejor”? La verdad es que es más común escuchar “la cosa está más complicada”. Sin embargo, no podemos perder de vista que el tiempo de ocio y entretenimiento es vital para el desarrollo humano y está ligado a todas aquellas actividades que no estén asociadas al trabajo, las tareas domésticas, las asignaciones escolares y las acciones cotidianas diarias como comer o dormir.
Pero no siempre los presupuestos dan para financiarse las vacaciones soñadas y en contadas ocasiones hay quienes pueden estar agotados de tantos viajes que necesitan experimentar nuevas sensaciones para variar la rutina. Es allí donde la creatividad se impone y surgen tendencias como la de la staycation (stay: quedarse, vacation: vacación) que, aunque suene un poco raro, invita a apreciar, valorar y disfrutar del entorno. Se presenta como un tipo de ocio más llevadero, con beneficios, en el que cada quien puede definir tanto el tiempo como un presupuesto prudente, sin excesos. Se ajusta a cualquier realidad y como es una actividad más accesible y económica con respecto a otras facetas del turismo es una muy buena opción para sus próximos días libres.
A favor de la simpleza de la staycation es que en contraposición preparar un viaje no es cosa fácil: diligencias, planificación, itinerarios, agendas, confirmaciones, investigación, servicios, comodidades, inversión de tiempo y dinero, entre otros detalles. Todo esto puede tomar meses. Si a eso se le suma, la personalidad de cada quien (en caso de viajes en grupo), entonces puede ser una labor agotadora y estresante (incluso para quienes dedican su vida profesional a la industria turística, acostumbrados a lidiar con resolución de imprevistos y satisfacción al cliente).
Lista imprescindible. Conozca su casa o ciudad como nunca lo ha hecho. Para que la staycation funcione, la mismo debe distribuirse de la mejor manera, por lo que una lista de actividades por hacer será imprescindible. Recuerde que en un viaje, usted evita las improvisaciones para aprovechar el tiempo. No pierda el foco y plantee metas asertivas. Sobre todo no caiga en cuadros de ansiedad. Es un lapso para el disfrute ¿La cantidad de días? También usted lo decide.
Los gastos asociados al transporte son casi nulos. El mayor tiempo puede pasarse en su casa o residencia. Si su plan incluye paseos, los mismos pueden brindarle la oportunidad de caminar y ejercitar el cuerpo. Dé prioridad a eso que siempre ha querido hacer, pero que nunca ha podido realizar.
Si su presupuesto se lo permite y la idea de quedarse en casa aún no le convence, reservar una noche en un hotel o posada es válida.
La tentación de atender llamadas y correos de trabajo es muy grande, así que el modo avión de los teléfonos inteligentes será su aliado. Otra opción es retirarse a un lugar con poca cobertura. No lo olvide: ¡usted manda!
RECUADRO
Actividades
– Leer ese libro que compró hace meses, sentado en alguna plaza o parque.
– Realizar un curso rápido de cocina o manualidades.
– Disfrutar de la gastronomía o la vida nocturna.
– Acampar en su propio patio, si lo tiene.
– Compartir con su familia juegos de mesa.
– Deleitarse con un maratón de películas.
– Establecer una agenda de actividades culturales públicas y privadas: cine, teatro, parques, plazas, museos, catas, muestras, exposiciones y conciertos. Esta opción es ideal para disfrutar y ver otra cara del entorno habitual.
– Puede disfrutar de un full day de recorridos históricos o arquitectónicos.
– Un día de piscina en algún hotel o club.