Al menos unos dos kilómetros de la playa de Punta Delgada, un sitio turístico de la isla venezolana La Tortuga, se encuentran repletos de basura y desechos, algo que ha hecho de la zona un paraíso vejado, pese a la promesa del presidente Nicolás Maduro de potenciar el lugar.
La Tortuga es la segunda isla más grande de Venezuela y destaca por las diferentes tonalidades de azul de sus mares y sus aguas cristalinas, que han hecho que sus visitantes la definan como un paraíso en el Caribe.
Esta isla cuenta con diferentes puntos y cayos turísticos, como Herradura, Carenero, Garambeo, Tortuguillos (la zona de desove de las tortugas) y otros tantos, entre los que se encuentra Punta Delgada, un sector que cuenta con la mayor presencia gubernamental del territorio.
En Punta Delgada hay oficinas del Ministerio del Turismo (Mintur), funcionarios de la guardia costera y militar, así como obreros que desde hace aproximadamente un año construyen por encargo del Gobierno posadas y otras estructuras para potenciar el destino turístico.
Irónicamente, la parte de la isla que está bajo la mirada permanente de aquellos que tienen la misión de cuidarla es la más sucia y descuidada.
Justo detrás de la sede del Mintur la hilera de desechos en la arena obliga a usar zapatos a quienes quieren caminar por la playa.
En esa zona de la playa se pueden encontrar desde muñecos de juguete desgastados hasta zapatos rotos y botellas de plástico, algunas de las cuales parecen haber llegado hasta allí por la corriente de un mar azul cielo que, dependiendo del punto en que se mire, se torna turquesa.
Visitantes habituales de Punta Delgada hablan de jornadas de recolección de basura, pero la suciedad en ese lado de la playa parece llevar semanas acumulada.
De la convivencia pasiva de los funcionarios con la basura dan fe las marcas de los neumáticos que alguno de sus vehículos ha dejado sobre la arena, muy cerca de los objetos abandonados que vuelven este parte de la playa impracticable.
Esta realidad que contrasta con la belleza del mar que rodea La Tortuga no se repite en el resto de los cayos de la isla, donde no hay presencia regular del Gobierno, ni al lugar donde llegan la mayoría de los turistas: Cayo Herradura.
“La basura que hemos visto en Punta Delgada, pareciera que llega por la corriente marina, pero esa no es excusa para que no sea recogida por esos guardias que están ahí y pasan todo el día sin hacer nada”, dijo Joel De Paula, uno de los turistas que criticó la falta de compromiso por parte de las autoridades presentes en la isla.
Los funcionarios disfrutan del fin de semana en La Tortuga con celebraciones en las que no faltan la música hasta el amanecer, los juegos de mesa y las bebidas alcohólicas que también ofrecieron a unas jóvenes que se encontraban festejando muy cerca de la casa de los guardacostas, según algunas de ellas contaron.
El pasado septiembre, el presidente Maduro anunció que potenciaría la isla y que su Gobierno ya se encontraba trabajando en un proyecto “sustentable (sostenible), no contaminante” y “ecológico” para esta región.
“La Tortuga tiene el tamaño de Aruba, ya tenemos el proyecto, el desarrollo sustentado, sustentable, no contaminante, ecológico y que usted vaya a esas playas y vaya a la naturaleza a sentirse que está en el inicio de la vida, en el edén, en el paraíso en la Tierra. Venezuela es el paraíso en la Tierra”, dijo entonces Maduro.
Algunas de las cabañas proyectadas en La Tortuga como parte de este proyecto están a punto de terminarse, pero de lo que se espera que sea un hotel solo hay hasta ahora los fundamentos.
Según planos elaborados por el Mintur, las obras dotarán a la isla de servicios de lavandería, restaurantes y zonas de esparcimiento, además de habilitar un muelle para facilitar la llegada de unos turistas que de momento han de ponerse los zapatos para no pisar la basura en sus paseos por Punta Delgada.