No muchos escenarios tienen una historia que se remonte a 200 años de visitas turísticas. Es el caso del puente de Bastei, en Sajonia, Alemania. Esta construcción sobresale entre las montañas de arenisca de Bastei, en la localidad balneario de Rathen, cerca de la ciudad de Dresde, y desde allí, se puede admirar los paisajes del parque nacional Suiza Sajona y el curso del río Elba. El actual puente de arenisca fue levantado en 1851, su lugar lo ocupó antes uno de madera, que al igual que el presente recibía numerosas visitas. Desde el siglo XIX, debido a la cantidad de viajeros, se abrieron hoteles y restaurantes para atender a los turistas.