No todos se conforman con un buen colchón, el desayuno continental y la bañera con hidromasaje. Para muchos turistas, viajar es ir tras experiencias diferentes. Así como algunos apuestan por dormir a la intemperie, en medio de una montaña o a orillas de un lago con lo mínimo indispensable, otros adoran lo extremo. Dormir en una cárcel es para ellos. En los mismos edificios que los criminales cumplieron condenas, organizaron revueltas y hasta se ahorcaron, hoy miles de turistas curiosos disfrutan sus vacaciones.
Desde lujosos hoteles cinco estrellas a habitaciones no aptas para claustrofóbicos. A continuación cuatro de las mejores propuestas para organizar su próximo descanso en un lugar original.
The Liberty Hotel. Fue una cárcel de famosos en Boston, Estados Unidos. Por sus celdas pasaron figuras como Michael Curley, Malcolm X, Sacco y Vanzetti. El edificio fue construido en 1851 y se convirtió en un prototipo de diseño que inspiró la arquitectura de otras cárceles en todo el mundo. Años después, necesitaron 150 millones de dólares y 5 años de remodelaciones para abrir el que hoy es un imponente hotel de lujo. El Liberty conserva las fachadas originales y elementos históricos que funcionan como guiños a su oscuro pasado. Al mismo tiempo, ofrece comodidades como instalaciones deportivas de última generación y un lounge ideal para tomar una copa de martini. Web:https://libertyhotel.com/
Het Arresthuis. En holandés, Het Arresthuis significa “arresto domiciliario”. El actual hotel fue en el pasado una famosa cárcel de paso en Roermond, Holanda. Allá por el año 1863 los acusados pasaban breves períodos de detención mientras esperaban su juicio. Luego, el edificio pasó a manos del Estado, pero no duró demasiado: en la última década en Holanda se cerraron más de 25 cárceles, Het Arresthuis fue una de ellas. La prisión, ubicada a 160 kilómetros de Ámsterdam, fue clausurada en 2007 y dos años después se reinauguró como hotel. Sus 105 celdas se transformaron en lujosas habitaciones. Además, tiene un restaurante de cocina gourmet y una terraza especial para disfrutar de un buen coctel y música al aire libre.Web: https://www.hetarresthuis.nl/
Alcatraz Hotel am Japanischen Garten. Aquí sí va a vivir en carne propia lo que es dormir en una celda. Nada de disimular, Alcatraz les ofrece a sus huéspedes verdaderas habitaciones-celdas: ventanas con barrotes, camas originales hechas por antiguos reclusos, lavamanos e inodoro a la vista. Eso sí, para equilibrar la angustia del encierro, cuenta con wifi de libre acceso y tiene el Hinter Gittern Bar –que significa “tras las rejas” en alemán–, un espacio de alta coctelería ideal para compensar los barrotes con un buen trago y socializar durante esta “condena” en Kaiserslautern, Alemania. Web: www.alcatraz-hotel.com/
Katajanokka. Situado en la isla de Katajanokka, cerca de Helsinki, Finlandia, el edificio, de tres pisos y forma de cruz, tiene una larga historia desde 1837, cuando funcionaba como una cárcel. Está rodeado de un altísimo muro y el interior tiene paredes de ladrillos rojos que le dan al lugar un clima inquietante. Diseño elegante, toques de lujo nórdico, un restaurante de cocina escandinava en el sótano y todo tipo de comodidades. Se llega a pie, cruzando uno de los tres puentes que unen a la isla con tierra firme, o en el tranvía, que frena justo en la puerta del Katajanokka. Los visitantes pueden llevarse de souvenir un par de medias, los típicos gorritos carcelarios o uno de los pijamas a rayas que se encuentran exhibidos en las vitrinas del lobby del hotel. Web:www.hotelkatajanokka.fi/
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