Isla Malapascua, Filipinas. Este es el único lugar del mundo donde puede nadar con el tiburón azotador. Aquí puede estar muy cerca de esta criatura, aunque se puede observar ocasionalmente en otras partes del mundo. La isla es conocida por su escuela de buceo que se especializa en excursiones para ver a esta especie en peligro de extinción, que además no representa una amenaza para los humanos.
Umkomaas, Suráfrica. Este pequeño pueblo costero ubicado en la provincia de KwaZulu-Natal es célebre por ser el sueño de todo amante del buceo. Allí podrá realizar esta práctica entre los restos de algún naufragio y en una jaula viendo tiburones. En este lugar podrá ver hasta 50 tiburones en una sola inmersión. Hay una gran diversidad de especies de peces tropicales y arrecifes de coral en pleno florecimiento.
Bora Bora, Polinesia Francesa. Esta playa está en medio del océano Pacífico y, si bien es pequeña, ofrece muchas cosas para hacer. Allí podrá ver ocho especies de tiburones, en especial al punta negra, que se puede apreciar muy cerca.
Providencia, Isla de San Andrés, Colombia. Esta isla caribeña está ubicada a 90 km al norte de San Andrés. Cuenta con impresionantes e increíbles paisajes, hermosas playas de arena dorada y excelentes para el buceo. Es una isla recomendada por los viajeros, ideal para bucear con tiburones, ya que existen lugares de profesionales especializados en este renglón.
Santa Catalina, Panamá. En idioma aborigen, Panamá significa “abundancia de peces”, y ciertamente le hace honor a su nombre con increíbles actividades de buceo, esnórquel y pesca. En esta isla panameña, los tiburones ballena pueden verse regularmente a fines de diciembre, mientras que los tiburones de arrecife son un espectáculo todo el año.
Fernando de Noronha, Brasil. Esta isla está en el océano Atlántico y fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es recomendada solo para buceadores con mucha experiencia, aunque en una inmersión menos profunda también se pueden ver tiburones martillo y peregrino. Ninguna visita a este paraíso está completa sin una inmersión en Cabeco da Sapata, una montaña submarina habitada por tortugas, peces y, por supuesto, tiburones.