En el estrecho que separa la ciudad de Naruto y la isla de Awaji, en Japón, se forman unos extraños remolinos que por siglos han causo temor entre los pobladores, pero que ahora como curiosidad atraen a miles de turistas, que los pueden apreciar desde una pasarela transparente o de cerca desde embarcaciones conducidas por expertos pilotos. El fenómeno se produce diariamente y se debe a la diferencia del nivel del agua entre el mar Interior y el océano Pacífico durante las mareas.