Loro Parque combina la distracción con la conservación de especies

Loro Parque, el aclamado zoo de Tenerife, España, progresa pero no cambia con el paso de los años, relató su presidente y fundador, Wolfgang Kiessling.

El proyecto, describió, se mantiene fiel a las raíces originales pero evoluciona al agregar dos o tres nuevas atracciones cada año, lo que en los últimos 36 años ha expandido el complejo hasta 135.000 metros cuadrados, en los que alberga especies de flora y fauna de todo tipo.

Las atracciones del último año, añadió, incluyen un jardín zen y la incorporación de dos nuevos hipopótamos pigmeos, que la empresa espera que actúen como representantes de su especie, que se enfrenta a graves problemas debido a la destrucción de su hábitat natural.

Más cerca. El éxito del zoo, abierto desde 1972, se debe, en palabras del presidente, a que acerca a los animales al público, que disfruta tanto de estos como de estar en un entorno limpio y en el que no hay olores excesivos.

Además, añadió, los animales aparentan estar felices, porque lo son, simplemente porque los trabajadores del parque los cuidan muy bien, explicó.

Kiessling defendió la relevancia del parque “ante la sexta extinción de la historia, por la que perdemos a muchas especies diariamente”, lamentó.

Loro Parque Fundación, la institución creada a través del zoo en 1994 para la conservación de la biodiversidad, invierte parte de los beneficios del centro en proyectos para la preservación de especies protegidas.

“Loro Parque cubre todos los gastos de la Fundación”, relató Kiessling. “Nuestros gastos son de alrededor de 3,5 millones de euros al año, de los que dedicamos cerca de un millón en proyectos de la Fundación y 2,5 millones en los costos de las estructuras. Es esto lo que nos hace diferentes. ¿Por qué no preguntas a otras organizaciones lo que gastan al año en salvar especies animales?”, concluyó.