Los gobiernos locales de Shizuoka y Yamanashi, las prefecturas sobre las que se asienta el monte Fuji, plantean limitar el acceso de visitantes al famoso pico de Japón, declarado Patrimonio de la Humanidad, para proteger su preservación.Las autoridades locales establecerían la cifra a partir de julio de 2018, tras conducir una serie estudios y encuestas durante los próximos tres años para determinar cuál es el número «deseable» de excursionistas diarios en cada una de las cuatro rutas que hay en la montaña, informó el diario Asahi.La propuesta ha sido incluida en el borrador del informe que los gobiernos locales han de presentar el próximo mes de febrero ante el Comité del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, detallando sus medidas para preservar el monte Fuji, de 3.776 metros de altura, que cada año atrae a entre 200.000 y 300.000 personas.Este informe fue solicitado por el organismo cultural cuando el Fuji entró a formar parte del listado en 2013, y sirve para ponderar la permanencia de los monumentos y parajes en la lista patrimonial, de la que hasta la fecha solo han salido dos lugares debido a proyectos urbanísticos.Uno de ellos fue la ciudad alemana de Dresde, que lo hizo cuando en 2009 sus ciudadanos no renunciaron a la construcción de un puente sobre el Elba, y el otro el santuario de los óryx árabes de Omán, apartado en 2007 a petición del sultanato, deseoso de explotar el petróleo hallado en esa zona.La permanencia de Sevilla también estuvo amenazada en 2012 cuando el organismo advirtió a la ciudad sobre el «impacto negativo» que la construcción de la torre Pelli tenía sobre los tres monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad: la Catedral, el Archivo de Indias y el Alcázar.