Seguro que cuando viaja ha notado que el vuelo de ida no tarda lo mismo que el de regreso. La situación es aún más notoria cuando el viaje consta de trayectos largos, pues aumenta la diferencia de tiempo. Además probablemente se haya percatado de que volar de oeste a este toma menos minutos.
Esta peculiar situación es causada por un fenómeno atmosférico que se conoce como la corriente de chorro o Jet Stream, un flujo de aire capaz de atravesar el planeta y alcanzar altas velocidades. En total son cuatro las corrientes de este tipo que fluyen por la Tierra, dos en el hemisferio norte y dos en el sur. De este modo, el vuelo se ve afectado cada vez que el avión alcanza los 10.000 metros de altura.
Alfonso de Bertolano, piloto de Air Europa, explicó que esta corriente siempre se dirige hacia el este. El efecto es capaz de alcanzar velocidades de 300 kilómetros por hora, por lo que facilita el recorrido del vuelo. Por el contrario, si el destino queda al oeste, la nave no gozará de este impulso natural.
El chorro de aire no solo supone un ahorro de tiempo para el viajero, sino también de combustible y mantenimiento para cada aerolínea. Esto ya que, luego de un cierto período en el aire, el avión habrá ahorrado una gran cantidad de horas de vuelo y la compañía podrá aplazar los costosos mantenimientos de la nave.
Dejar que el aparato entre a esta corriente de aire produce que el vuelo experimente cierta turbulencia. Esto aparece debido a la fricción entre las dos masas de distintas velocidades y temperaturas. Pero tranquilo, solo deberá abrocharse el cinturón de seguridad y relajarse.
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