Colombia es conocida por sus hermosos paisajes, flores, música y también su café. Su clima, el suelo, las distintas variedades y sobre todo, el método de recolección selectiva, así como el secado y posterior procesamiento de este mágico fruto, lo convierten en un producto único, cuya infusión activa, llena de energía y aporta varios beneficios para el organismo (algo aún sometido a discusión entre los expertos).
Chinchiná es un municipio a 18 km de Manizales, capital del departamento de Caldas, del que forma parte. Tiene 51.280 habitantes, una extensión territorial de 112,4 km² y en sus territorios se cultiva café para exportar. Es un tranquilo y hermoso lugar en el que además de la produción de café se explota el turismo ligado al cultivo de este grano. Este pequeño poblado se encuentra en constante crecimiento ya que en sus entrañas se erige la segunda planta de café liofilizado del mundo, la fábrica Buendía.
La marca Buendía forma parte de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (la ong rural más grande del mundo), cuya misión principal, asegurar el bienestar del caficultor colombiano. Más de 540.000 familias reciben el amparo y apoyo de este ente en aras de preservar no solo la continuidad de producción sino también, la calidad del producto.
El proceso. En un recorrido se observa de primera mano el esfuerzo y empeño de profesionales abnegados y comprometidos con todo el proceso de producción de café y se llega a comprender claramente los procesos de logística y operaciones tan especializado que hay detrás de la producción de café en Colombia.
Una visita guiada se da inicio con una breve charla introductoria dictada por un grupo de jóvenes estudiantes de ingeniería industrial en el auditorio de la fábrica. Seguidamente, los visitantes deben portar la indumentaria adecuada para emprender el recorrido por las áreas que componen la fábrica y que abarcan desde la llegada del café a la manufactura hasta el producto empacado y listo para la venta y exportación. Sin duda, la parte del proceso más cautivante es la de liofilización (deshidratación por frio) del café.
El trayecto culmina con la puesta en marcha de una línea de empaque, la cual luego de un protocolo estricto de calidad queda lista para poner en los anaqueles de venta el producto final. Dentro del complejo fabril hay una tienda con las diferentes versiones que tiene Café Buendía: clásico, amaretto, vainilla, orgánico, descafeinado, caramelo e irlandés.
RECUADRO 1
Sólida historia
Recorrer la planta es una actividad ligada a conocer la cultura del café más allá del proceso de producción. Por ejemplo a través de la visita uno puede vincularse con la historia ya que durante el recorrido se explica que hace más de 40 años las primeras filas de trabajadores de la Fábrica de Café Liofilizado de Colombia llegaron de Europa, con la intención de marcar una dinámica de trabajo intercultural. Siegbert Weissenbach, mi padre, fue uno de ellos. Llegó desde Munich, Alemania, para instalarse en esta ciudad para hacer lo propio junto a otros compatriotas que sortearon entre tantas cosas las barreras del idioma.
RECUADRO 2
De Buencafé a Buendía
Desde 1975, la marca se hizo presente en el mercado colombiano bajo el nombre de Buencafé. Poco a poco se dedicó también a la exportación. Hoy gran volumen de su producción va a los mercados de Japón, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Francia, Alemania, Australia, Polonia, República Checa, Israel, entre otros países destacados de una lista de 60. Por cuestiones de marketing, desde 2001, el producto se conoce como Buendía.
RECUADRO 3
Para llegar
Desde Bogotá son 7 horas en carro, las cuales pueden reducirse a una hora de viaje con un boleto aéreo Bogotá-Pereira. Una vez en el aeropuerto de Pereira la distancia se acorta a un trayecto de solo 45 minutos por la carretera 29RSC.