Si quiere codearse con la elite brasileña en época de carnaval no puede faltar este 10 de febrero al baile de disfraces del lujoso hotel Belmond Copacabana Palace; eso sí, aliste el bolsillo porque la entrada más barata de este año cuesta 2.625 reales (unos 820 dólares).
Unas 2.000 personas, que representan el 0,0009 % de los 207 millones de brasileños, asisten anualmente a este evento, cuyo ingreso para 2018 puede llegar a costar hasta 6.090 reales (unos 1.900 dólares) para entradas con derecho a mesa, bufé típico y barra libre en todas las salas de baile y comedores.
Si ese público comprara solamente los boletos más baratos, la suma recaudada sería de unos 1,64 millones de dólares, equivalente a 15.000 cestas básicas de comida que alimentarían igual número de familias en un país que apenas comienza a salir de una crisis económica de dos años.
Este tradicional hotel cinco estrellas no escatima en detalles y aunque la cifra del montaje es un misterio, la exclusividad de la puesta en escena hace del evento una súper producción en la que los asistentes forman parte de la decoración con extravagantes disfraces y que nada tiene que envidiarle a espectáculos como los que se realizan Las Vegas, París o Nueva York.
Según Andrea Natal, directora general del hotel, el baile es una mezcla de Circo del Sol y parque de diversiones. “Se trata de una mega producción en la que los participantes, con disfraces y máscaras lujosos y muy elaborados, no paran de divertirse e incluso hay personas que llaman antes para conocer el tema del baile y poder diseñar su disfraz”, dijo.
Si el participante quiere ir disfrazado tendrá que sumar mínimo 3.000 reales (1.000 dólares) a su cuenta por asuntos de diseño y elaboración, pero lo más seguro es que el costo se duplique para conseguir un traje de fantasía digno de mostrar. También puede invertir ese dinero para adquirir un traje de gala, etiqueta exigida por el hotel para quienes no llevan disfraz.
El tema de 2018 será la locura gitana (Gipsy Folie) y el derroche de imaginación que verá en el montaje de los diferentes salones del hotel estará a cargo del carnavalesco Mário Borelli. Este artista tiene renombre y experiencia. Ha trabajado para diversas escuelas de samba y en 1993 fue campeón con la escuela de Salgueiro.