Los macacos del parque Jigokudani, cerca de Nagano, Japón, son famosos por disfrutar de energizantes baños en sus aguas termales, sobre todo en invierno, convirtiéndose en un atractivo que congrega cientos de turistas al día. Pero esta práctica no es un intento por entrar en calor, sino que busca el más puro relax. Investigadores de la Universidad de Kioto estudiaron a 12 hembras adultas en primavera, cuando tienen a sus crías, y durante el período de reproducción, en invierno. Las dominantes pasaron más tiempo en el agua gracias a su estatus social, aunque también se vieron involucradas en más conflictos agresivos. Por esto gastaron más energía que las otras. De acuerdo con las muestras tomadas, las visitas a las termas provocaron una reducción de la concentración de las hormonas del estrés.