El sábado 20 de febrero Perú fue testigo de un caso de discriminación contra el repartidor venezolano Oswaldo Girán, quien sufrió un ataque de xenofobia en el distrito de San Isidro. Fue amenazado con un arma de fuego por Roberto Valdivia.
En diálogo con América Noticias, Girán relató que le tocó el interruptor a Valdivia para que bajara a recoger su pedido. “Cuando abre la puerta, con su arma de fuego en la mano, me dice que pase a su casa. Yo le dije que no podía hacerlo por el protocolo de seguridad y porque estaba armado. No sé si fue por amedrentarme o por lo ebrio que estaba, pero él dispara y [la bala] me pasa cerca. Luego se me viene encima”, narró.
El joven repartidor de comida aseguró que Roberto Valdivia le dijo: “¿Tú crees que porque los venezolanos están matando a los peruanos te voy a tener miedo?”, mientras le ponía la pistola en la frente. El sujeto quiso disparar, pero el arma se trabó.
Tras ello, Oswaldo Girán subió a su moto y huyó del lugar. “Afortunadamente las balas no me alcanzaron. A este señor lo responsabilizo de mi integridad física”, denunció.
Al respecto, Óscar Pérez Torrez, presidente de la ONG Unión Venezolana en Perú, afirmó a El Comercio que están brindando la asesoría legal que requiere Oswaldo Girán para “buscar que se imparta justicia en este grave caso en el que podría haber perdido la vida”.
Jean Pierre Chávez, abogado de Girán, solicitará prisión preventiva por el delito de uso ilícito de arma de fuego y tentativa de homicidio.
Sanciones impuestas
Este no es el único caso reciente de xenofobia registrado en Perú. El 18 de noviembre de 2020 Junior Ramírez, venezolano que también trabaja como repartidor de comida, fue insultado y humillado por Guillermo Miranda.
Este último insultó a Ramírez porque las bebidas que había pedido se habían salido de su envase y mojaron la bolsa que contenía los demás productos, pero el repartidor remarcó que el empacado es responsabilidad del establecimiento de comida.
Apenas el joven abrió su mochila para entregarle el producto, Miranda le profirió comentarios xenófobos, por lo que Ramírez grabó la escena como un “método de defensa personal”.
Al día siguiente, Miranda pidió disculpas públicas al venezolano y dijo sentirse “arrepentido y avergonzado”.
Sin embargo, la Municipalidad de Miraflores multó a Guillermo Miranda con una unidad impositiva tributaria (UIT).
El penalista y director del área de Litigios y Resolución de Disputas de Dentons Perú, Claudio Cajina, explicó que en el caso de un proceso judicial por discriminación —como los dos mencionados anteriormente—, las penas pueden ir desde los dos a tres años y con servicios comunitarios.
Hechos excepcionales
El presidente de la ONG Unión Venezolana en Perú, Óscar Pérez, señaló a El Comercio que, si bien lo sucedido con Oswaldo Girán es un hecho grave, no dejan de ver estos casos como hechos aislados que no comprometen a todo el país.
Asimismo, hizo un llamado a la calma y a no generalizar: “Aquí está muy claro que hay algunas personas o grupos con intenciones de generar toda una campaña de desinformación para generar conflictos y enfrentamientos entre peruanos y venezolanos, por eso hay que tener muchísimo cuidado”.
“Lo importante en este momento es detenernos y ver cuáles son las cosas que nos unen como pueblo y avanzar juntos en la búsqueda de la solución de ellos. Peruanos y venezolanos nos vemos afectados por los embates y el impacto de la delincuencia. Juntos tenemos que ver cómo frenamos este auge delictivo en Perú”, resaltó.
Además, el presidente de Unión Venezolana en Perú aseguró que hay que evidenciar que los peruanos y los venezolanos tienen una relación de “hermandad, de trabajo, de muchísimo cariño y fraternidad”, ya que en Venezuela existe un imaginario “apocalíptico” de que en Perú se persigue constantemente a los ciudadanos venezolanos en las calles para hacerles daño.
La discriminación en cifras
El representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Perú, Federico Agusti, aseguró a El Comercio que alrededor de 60% de los venezolanos en Perú, que ellos monitorean, se han sentido discriminados en algún momento. “Esto no significa que la discriminación sea permanente”, precisó.
Sin embargo, en las encuestas realizadas por Acnur también ha identificado que cerca de 60% de venezolanos se ha sentido bien recibido.
Agusti precisó que es muy difícil que se denuncien los actos de discriminación porque normalmente ocurren en la vía pública, y las personas consideran que denunciarlo no va a cambiar la situación. Otra razón puede ser debido a que las personas extranjeras no tienen la documentación necesaria para estar legalmente en territorio peruano.
Añadió que la Defensoría del Pueblo también tiene la labor de sensibilizar a la población con respecto a que la discriminación no es buena para nadie porque tiene consecuencias negativas y puede ser penada.
“La discriminación no es solamente una palabra. Uno puede discriminar cuando dice una mala palabra en la vía pública, pero la discriminación tiene consecuencias. Esta puede hacer que las personas por temor no le alquilen una habitación a una persona venezolana u ocasionar que una persona no le otorgue un puesto de trabajo. La discriminación genera rechazo y el rechazo genera xenofobia. Eso es lo que debemos de evitar”, precisó.
Federico Agusti indicó que, con todos los videos que se han hecho virales en los últimos días, muchos vinculan a los ciudadanos venezolanos con la criminalidad. Sin embargo, el Instituto Nacional Penitenciario de Perú (INPE) les ha señalado que el número de venezolanos con prisión preventiva representa actualmente 0,09% de toda la población venezolana que radica en ese país.
“El número de personas que cometen delitos es ínfimo y la gran mayoría son personas de bien que han venido a trabajar. La gran mayoría viene escapando de la violencia y tratar de reconstruir su vida nuevamente en paz. La violencia no tiene nacionalidad, y cualquiera que comete un delito debe recibir todo el peso de la ley”, finalizó.