Este martes circuló en redes sociales un video del club de informática de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) de Barquisimeto (Lara), en el que se evidencian las condiciones del lugar.
En el audiovisual se observa el salón en abandono, pues le faltan algunas ventanas, las sillas están en mal estado y a pesar de que es el aula de informática no cuenta siquiera con una computadora. Aun así, los estudiantes reciben clases en ese espacio.
«No es Ucrania, es la UCLA de Barquisimeto, club de informática de la universidad y no es que esté abandonado. Ahí y así como está ven clases», detalla un mensaje que acompaña el video.
Un informe reciente de la ONG Aula Abierta reveló que unas 114 bibliotecas universitarias en Venezuela (87,4%) están inoperativas desde hace cuatro años.
Las instituciones afectadas son la Universidad de Los Andes, la Universidad Central de Venezuela, la Universidad de Oriente y la Universidad del Zulia.
Según la ONG, tras la llegada del coronavirus al país los problemas en las universidades a escala nacional se agravaron, y actualmente no existe accesibilidad integral a los contenidos por parte de los usuarios.
Esta situación, afirmó Aula Abierta, sucede con el ingreso de forma remota en la UCLA, la UDO y LUZ.
«El Estado venezolano en los últimos años no ha garantizado el derecho al acceso a la educación de calidad y a la libertad de información, a través de diversas acciones u omisiones que repercuten negativamente en la prestación de servicios por parte de las bibliotecas universitarias del país», denunció la ONG en junio.
El hampa atenta contra las universidades
Aula Abierta advirtió a finales de marzo que en los últimos dos años han registrado al menos 371 episodios de arremetida del hampa contra universidades del país, incluida la UCV, que es patrimonio mundial de la humanidad.
La organización aseveró que el «elevado número de incidentes de inseguridad genera preocupación», puesto que «no solo afectan de manera estructural, sino también el funcionamiento de las universidades del país en las actividades de docencia, investigación y extensión, así como el proceso educativo en el que participarán miles de estudiantes y profesores venezolanos».
Las universidades de Venezuela han sido duramente golpeadas en los últimos años, principalmente por la asfixia presupuestaria y por el robo sistemático de mobiliario y equipos.
En reiteradas ocasiones, Cecilia García Arocha, rectora de la UCV, ha denunciado que ese centro de estudio «ha estado por más de 12 años sometido a deficientes presupuestos que han deteriorado» las instalaciones.