VENEZUELA

Victoria en el feudo de los Chávez, ¿lección electoral para la oposición?

por Avatar AFP

«¡Viva Barinas!»: Sergio Garrido fue recibido este lunes con aplausos en la Catedral del estado natal del fallecido expresidente Hugo Chávez y gobernado por su familia por más de dos décadas, tras su contundente elección como gobernador, que deja importantes lecciones para la oposición.

«Barinas despertó», dijo el sacerdote en una iglesia repleta. «Oremos por nuestro gobernador Sergio Garrido, que fue David frente a un Goliat».

Garrido, de 54 años de edad y un desconocido en la política nacional, se impuso el domingo con 14 puntos de ventaja sobre el ex vicepresidente y excanciller Jorge Arreaza, acusado de ventajismo con todo el poder del gobierno a disposición en la campaña.

«El pueblo de Barinas se levantó, y entendió que a través del voto podemos lograr cambios», dijo Garrido a la AFP tras ser proclamado.

El escrutinio ratifica la inminente victoria que había tenido el 21 de noviembre la oposición en ese estado, anulada por el Tribunal Supremo de Justicia, de línea oficialista, que suspendió los conteos y ordenó repetir los comicios.

El TSJ alegó que el entonces candidato opositor, Freddy Superlano, estaba inhabilitando por investigaciones judiciales, impidiéndole volver a participar.

El triunfo tiene una gran carga simbólica para la fracturada oposición, que no tuvo consenso sobre participar en las regionales de noviembre pasado y mucho menos concretar candidaturas únicas, y ahora se debate entre pedir este año un referendo para revocar el mandato de Nicolás Maduro o esperar a las presidenciales de 2024.

«Hubo un voto contra el gobierno, contra Chávez, contra Maduro», explicó el politólogo Benigno Alarcón. «Todo lo que salió mal el 21 de noviembre se minimiza con el triunfo de Barinas, le termina dando oxígeno a la oposición», añadió, en relación a esa elección, en la que el chavismo conquistó la alcaldía de Caracas y 19 de 23 gobernaciones.

«¡La cuna de Chávez, libre!», gritaba alzando los brazos una mujer en una caravana en la periferia de la ciudad de Barinas, que celebraba con banderas venezolanas y toques de corneta el triunfo de Garrido.

«Simbología»

Barinas era una especie de sitio culto de la Revolución, con la familia Chávez al frente.

«Llevamos 23 años pasando calamidad», dijo Adela Aliso, de 62 años, presente en la misa para Garrido, con un velón en la mano.

La dinastía en la gobernación empezó con el padre de Chávez, Hugo de los Reyes (1998-2008), y siguió con sus hermanos Adán (2008-2016) y Argenis (2017-2021), quien aspiraba a la reelección, pero renunció después de la orden del TSJ de repetir las votaciones.

Entonces el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela designó a Arreaza como candidato. Este caraqueño de 48 años es padre del primer nieto del exmandatario (1999-2013).

«No hemos logrado los objetivos… por ahora», dijo Arreaza este lunes emulando la frase que catapultó a la fama a Chávez tras liderar un fallido golpe de Estado en 1992.

«Administren bien su victoria, no se equivoquen», advirtió.

Garrido dijo estar dispuesto a conversar con el chavismo para buscar soluciones para Barinas. «Ojalá él (Arreaza) tienda la mano también».

Para Luis Vicente León, director de la firma Datanálisis, el cambio en Barinas tiene mucha «simbología». «Está rescatando el voto como herramienta de lucha en lugar de la abstención».

La oposición se negó a participar en las elecciones presidenciales de 2018 y legislativas de 2020 por falta de condiciones. Y, cuando decidió acudir a las regionales en 2021, el líder opositor Juan Guaidó no votó argumentando la misma razón. Pero con Barinas cambió su posición, llamó a movilizarse y participó en la campaña.

La participación el domingo fue de 51,39% frente a 45,9% en noviembre.

«Barinas da una lección a todos los venezolanos, a la dictadura principalmente, de resistencia, de coraje, de foco, de unidad, de desprendimiento», dijo Guaidó, insistiendo en fortalecer la dañada plataforma unitaria.

Guaidó exige un cronograma electoral que incluya presidenciales con condiciones, aunque Mariano de Alba, asesor senior del International Crisis Group, aclaró que el escenario será muy distinto: «No veo al gobierno dispuesto a conceder un resultado adverso sin que haya antes un acuerdo institucional entre el gobierno y la oposición sobre cuáles van a ser las reglas de juego y qué pasaría con el chavismo si pierde».