Venezuela y Guyana acordaron el jueves, en Brasilia, mantener en paz el diálogo sobre la disputa territorial del Esequibo sin «provocaciones», ni «injerencias de terceros», y acordaron abrir otros frentes de cooperación, como en el combate al crimen organizado.
El canciller venezolano, Yván Gil, y su par guyanés, Hugh Todd, se reunieron en el Palacio Itamaraty, sede de la Cancillería brasileña, en la primera reunión de alto nivel entre ambos países desde el encuentro entre los presidentes Nicolás Maduro e Irfaan Ali el pasado 14 de diciembre en San Vicente y las Granadinas.
La reunión, que duró más de cinco horas, estuvo mediada por el ministro de Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, y contó como observadores con representantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Comunidad del Caribe (Caricom).
Las partes se mostraron «satisfechas» con el balance de la cita. «Fue una discusión muy franca, muy abierta y sin limitaciones», describió Gil en una declaración conjunta junto con Todd, quien lo calificó de «un buen comienzo».
Ambos acordaron seguir dialogando y verse de nuevo «en el corto plazo», aunque, por las declaraciones de ambos ministros, no avanzaron de forma significativa en la resolución del conflicto en torno al Esequibo, una región selvática de 160.000 kilómetros cuadrados administrada por Guyana, rica en petróleo, oro y diamantes.
El Esequibo representa dos terceras partes del territorio reconocido internacionalmente de Guyana y Caracas lo reclama como suyo desde hace más de un siglo.
El diferendo parecía estar en punto muerto, con un proceso estancado en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), hasta que Maduro lanzó una campaña para anexionar la región al mapa venezolano.
El mandatario venezolano impulsó un referéndum unilateral y puso en marcha un plan de acción, que incluyó el otorgamiento de licencias para la explotación petrolera y despliegues militares.
Guyana siempre se ha mostrado inflexible ante las demandas de Caracas y confía en la resolución del diferendo a través de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), posición que volvió a defender Todd este jueves.
No obstante, ambos países, según Gil, pactaron «en abordar todo lo referente al derecho internacional, incluido el Acuerdo de 1966», firmado en Ginebra entre Venezuela y Reino Unido, antiguo poder colonial, y que determinó crear una comisión para resolver la histórica controversia, lo que no se llegó a materializar.
Asimismo, el canciller venezolano planteó a la delegación guyanesa «la necesidad de estudiar una hoja de ruta en el marco del derecho internacional» para delimitar «aguas marítimas» en disputa entre ambos países y en las cuales hay grandes reservas de petróleo.
«Coincidimos en la necesidad de seguir hablando por la vía diplomática y reafirmando que ninguna de las partes recurrirá ni a amenazas, ni invocará el uso de la fuerza, incluyendo a terceras partes», subrayó.
Hizo así una aparente alusión al último episodio de tensión en torno al Esequibo ocurrido a finales de diciembre, cuando arribó a las costas guyanesas un buque de guerra británico, en una aparente muestra de apoyo al Gobierno de Irfaan Ali y que Venezuela respondió con ejercicios militares en la zona.
«Estamos plenamente comprometidos a buscar alternativas que permitan llegar a una solución mutuamente aceptable en la discusión de la Guayana Esequiba e impulsar las relaciones de cooperación e integración», reforzó.
Venezuela también pidió analizar «todo lo que tiene que ver con la movilidad de comunidades indígenas» que hacen vida en ambos países.
«Es muy importante que tengan libre modalidad», resaltó.
Por otro lado, los dos ministros coincidieron en impulsar una agenda de trabajo relacionada con la lucha contra el cambio climático y en el combate al crimen organizado.
«Podemos encontrar áreas de común interés en las que podamos colaborar» en un ambiente de «paz y prosperidad porque sin paz no hay prosperidad», señaló Todd.
El canciller guyanés abogó por «el respeto al derecho internacional» como factor fundamental en el diálogo con Venezuela y apoyó el proyecto para «revitalizar la integración» de Sudamérica que está impulsando Brasil.
«Estamos orgullosos de estar en este continente. Tenemos una buena historia juntos. Guyana cree en el derecho internacional, en resolver todas las cuestiones de forma pacífica», indicó.
Ambos cancilleres confiaron en poder reunirse de nuevo «en el corto plazo» para dar continuidad a la agenda de trabajo pactada.
Por su parte, Vieira reafirmó «la voluntad política» de Sudamérica para «avanzar en el desarrollo social y justo» de sus pueblos «en un ambiente pacífico» y «libre de tensiones geopolíticas».
«Deseo que (Venezuela y Guyana) continúen construyendo la confianza necesaria para pensar en un horizonte común», expresó el ministro brasileño.