Danny Araujo es maracucho. Tiene 40 años de edad. Por circunstancias de la vida y del chavismo tuvo que emigrar. Hoy vive en Santiago de Chile con su hermano. Se marchó de Venezuela hace tres años luego de ver cómo su trabajo de promotor cultural en el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez (CAM-Lía Bermúdez) se iba literalmente por el desagüe. Es el promotor del reto de las 100 arepas.
Desde la capital chilena mantiene nexos con sus raíces. Familia y amigos están en San Francisco, un municipio que allende fue parte de la capital zuliana. Es parte de la Venezuela solidaria.
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El reto de las 100 arepas comenzó en Maracaibo cuando trabajaba en el CAM-Lía Bermúdez. Araujo aprovechó sus contactos con el mundo cultural zuliano. “Hacíamos la comida y salíamos a entregarla”, señaló.
Ahora en Chile, al paso de unos años, decidió retomarlo a pesar de la distancia. “Le pedimos a las personas que prepararan 100 arepas y que las repartieran a personas que estén en situación de vulnerabilidad, y que nos contaran cómo les había ido”, manifestó.
Multiplicación de las arepas
El primer estado que se sumó fue Yaracuy, que Araujo no conoce, y después Trujillo. Luego comenzaron a hacerlo, señaló, en diversos municipios de Zulia. “Hasta una organización de enfermeras venezolanas en Perú empezó a entregar arepas. Hicieron sus jornadas y sus videos”, manifestó.
“Queremos que el reto de las 100 arepas se multiplique por toda Latinoamérica y que podamos ir sembrando el valor de la solidaridad en cada uno de los corazones de esas personas”, dijo.
“Eso ha sido bonito. Se motivan y organizan y lo hacen en distintos espacios, invitan a familiares, amigos, compañeros de trabajo. Es un movimiento que ha ido creciendo, aunque quizás no es una idea muy original”, agregó.
Acción cultural
Araujo tiene además un programa dominical que se llama Acción cultural. Transmite por Instagram. “Son conversatorios con jóvenes con talento, no solo venezolanos, sino de distintos lugares de Latinoamérica. Le damos espacio al que no lo tiene”, señaló.
“Es un programa que comenzamos el 17 de mayo de 2020. Lo hacemos todos los domingos. Hemos ido enriqueciéndolo a medida que nos vamos dando cuenta de algunas necesidades y requerimientos”, señaló.
Navidades
Un saludo en Navidad es otro de los proyectos que motoriza Araujo, a pesar de no formar parte de ninguna organización ni asociación civil. La idea surgió luego de recibir una indemnización por la muerte de su padre, ocurrida en 1993 en una explosión. “Estaba tan agradecido que se me ocurrió comprar 60 juguetes y salí a repartirlos. Era la Navidad de 2009. Me sentí tan lleno que le conté a amigos y al año siguiente me acompañaron”, señaló.
Con el paso de los años se convirtió en una tradición. Cada año han ido creciendo. “Aún en la distancia yo sigo haciendo el saludo en Navidad. Mis amigos, los que comenzaron conmigo, lo siguen haciendo junto a mí”, explicó.
Reparten los juguetes cada 28 de diciembre. Hacen asimismo una pequeña fiesta con la comunidad. La actividad comenzó en hospitales y sectores con alta población indígena. En la actualidad se hace en los municipios foráneos: Mara, La Cañada de Urdaneta y Jesús Enrique Lossada. Muchos de los que en su momento recibieron juguetes ahora le ayudan a organizar las entregas.