Venezuela se ubicó nuevamente como el país más corrupto de la región y como el segundo peor calificado del mundo, de acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2023, presentado este martes 30 de enero por Transparencia Internacional.
En la medición de este año, Venezuela cayó un punto más, pasando de 14 a 13, en medio de un descenso continuado desde 2017, con un contexto de impunidad generalizada y ausencia total de independencia del Poder Judicial.
En cuanto a la puntuación a nivel global, el país iguala a Siria (13) y a Sudán del Sur (13) en la segunda peor puntuación del índice, solo superados por Somalia (12), que tiene la calificación más baja entre los 180 países evaluados.
En Venezuela, el pago de sobornos y la cooptación de jueces y fiscales en todos los niveles del sistema de justicia se ha convertido en uno de los principales mecanismos utilizados por las redes delictivas para asegurar la continuidad de sus actividades ilícitas, así como su impunidad, de acuerdo con Transparencia Internacional.
Algunos jueces y fiscales venezolanos, además de formar parte de estas redes, también están siendo investigados por la Corte Penal Internacional por su intervención, actuación u omisión en abusos, torturas y otros crímenes de lesa humanidad.
La corrupción en América
La mayoría de los países evaluados lograron mínimos o nulos avances en el combate de la corrupción en el sector público. Según el informe, la carencia de independencia del Poder Judicial debilita el Estado de derecho y promueve la impunidad de los poderosos y los criminales en perjuicio de las personas y del bien común.
En la medición, basada en una escala de 0 a 100, donde 0 es el peor desempeño o la más alta percepción de corrupción, las Américas continúan estancadas con un puntaje promedio de 43 por quinto año consecutivo, con lo que la corrupción sigue siendo un problema predominante en la región.
Canadá (74), Uruguay (74) y Estados Unidos (69) se ubican a la cabeza de la región, con Barbados (69) que iguala la calificación de este último, percibidos como los menos corruptos. Nicaragua, que cae dos puntos (17), Haití, que se mantiene (17) en su lugar, y Venezuela (13) están en las posiciones más bajas.
En América Latina y el Caribe, la falta de independencia y transparencia del Poder Judicial facilita la corrupción y la influencia indebida por parte de élites políticas y económicas. Por esta razón, muchos sistemas judiciales de la región no son capaces de aplicar la ley de manera eficaz e imparcial o de ejercer su función de contrapeso sobre otros poderes del Estado, lo cual es fundamental para el buen funcionamiento de la democracia, indicó la organización.
Europa Occidental a la cabeza
François Valérian, presidente de Transparencia Internacional, señaló que «la corrupción seguirá ganando terreno hasta que los sistemas de justicia puedan castigar los actos indebidos e imponer controles a los gobiernos. Cuando la justicia es algo que se puede comprar o interferir políticamente, quienes sufren son las personas».
La región con mayor puntuación en el índice sigue siendo Europa Occidental, aunque descendió un punto en su promedio regional, con una media de 65, seguida de nuevo por Asia y el Pacífico con 45 y América con 43.
Las regiones con puntuación más baja son Medio Oriente y Norte de África (38), Europa Oriental y Asia central (35), y África subsahariana, que este año elevó su promedio un punto (33).
Los países con los mejores desempeños o percibidos como menos corruptos son Dinamarca (90), Finlandia (87), Nueva Zelanda, que descendió dos puntos, (85), Noruega (84) y Singapur (83).
Los peores registros son los de Somalia (12), Sudán del Sur (13), Siria (13), Venezuela (13) y Yemen (16), países afectados por crisis prolongadas.