Venezuela celebra este domingo un referendo consultivo con el que el gobierno busca fortalecer un centenario reclamo sobre este territorio rico en petróleo y bajo control de Guyana.
«El Esequibo es nuestro»: consigna repetida en murales y canciones de cara a este proceso, al que están llamados a votar 20,7 millones de venezolanos, de una población de casi 30. La consulta, no vinculante, no es sobre autodeterminación, ya que este territorio de 160.000 km2 está bajo la administración de Guyana y sus 125.000 habitantes no votan.
El resultado no tendrá consecuencias concretas a corto plazo: Venezuela busca reforzar su credibilidad y reivindicar su reclamo y ha negado se trate de una excusa para invadir y anexar forzosamente la zona, como temen los guyaneses.
«Tenemos que buscar la justicia para el despojo que nos hicieron de la Guayana Esequiba, habrá justicia si hay una voz unida del pueblo». Así lo dijo Nicolás Maduro el sábado durante un acto religioso convocado a propósito de la consulta.
Venezuela argumenta que el río Esequibo es la frontera natural, como lo fue en 1777, cuando era Capitanía General del imperio español. Apela al Acuerdo de Ginebra, firmado en 1966 antes de la independencia de Guyana del Reino Unido, que sienta las bases para una solución negociada y anuló un laudo de 1899, que definió los límites que defiende Guyana y que pide a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), máximo tribunal de Naciones Unidas, que ratifique.
El gobierno guyanés pidió a la propia CIJ que suspendiera el referendo, sin éxito. El tribunal ordenó no cambiar el status quo de la región sin hacer referencia al proceso. La cancelación era de cualquier forma un supuesto negado, pues Venezuela ya había dicho que no cumpliría una orden de ese tipo: no reconoce la jurisdicción de este alto tribunal, aunque participa a regañadientes del proceso.
«Creemos que la justicia, y no la fuerza, debe ser el árbitro de las disputas internacionales», expresó el viernes el presidente guyanés Irfaan Ali, que participa de la cumbre ambiental COP28 en los Emiratos Árabes Unidos, donde sostuvo una reunión con el canciller británico David Cameron sobre la controversia con Venezuela.
Cinco preguntas
La reivindicación de Venezuela se intensificó desde que el gigante energético estadounidense ExxonMobil descubriese en 2015 petróleo en aguas en disputa que hoy día lo colocan con reservas de petróleo equiparables a las de Kuwait y encabeza la lista de reservas per cápita del mundo.
Maduro no ahorra insultos para Ali. Solo el viernes lo llamó «temerario, insolente, capataz de la Exxon Mobil». Ademas de las duras declaraciones, ha habido movimiento de tropas, ejercicios militares y conversaciones sobre la instalación de bases estadounidenses en Guyana. Brasil, que ha reforzado sus tropas en la frontera, se ha declarado «preocupado» por el «clima de tensión».
El referendo consta de cinco preguntas, que incluyen el rechazo al laudo de 1899 y a la jurisdicción de la CIJ, así como el apoyo al Acuerdo de Ginebra de 1966. También pregunta si están de acuerdo en crear una provincia venezolana llamada «Guayana Esequiba» y otorgar la nacionalidad a sus habitantes.
¿Qué pasará luego del resultado del referéndum del Esequibo?
El gobierno de Maduro sostiene que el resultado, que será sin espacio a la duda a favor de los cinco sís, reforzará su posición en el reclamo de soberanía. Aunque expertos y algunas voces de la oposición se han mostrado en contra de la consulta. María Corina Machado, que aspira a enfrentar a Maduro en 2024, sostiene que la «soberanía se ejerce, no se consulta» y que el referendo es una «distracción».
Maduro ha movilizado a toda la maquinaria de su partido y los más altos miembros de su gobierno han estado enfocados en la campaña.
«Tenemos un compromiso con el país», estima Marlis Palmes, ama de casa en Caracas. «Aquellos que estén de acuerdo, los felicito; aquellos que no, la historia les pasará la factura».