Para los venezolanos que residen en China es cada vez más difícil hacer un trámite en el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime). Muchos tienen más de un año esperando por una cita para renovar el pasaporte, mientras que otros tienen meses esperando por una prórroga o por la llegada del documento impreso. Sin un certificado de identidad vigente y válido, corren el riesgo de ser multados, deportados o incluso detenidos.
Aproximadamente 300 venezolanos tienen algún problema para tramitar su pasaporte. Algunos han tenido que gastar miles de dólares para solventar su situación a través de gestores. Aun así las vidas que han construido en China dependen de los procesos burocráticos del Saime.
“Sin pasaporte me deportan”
Un joven que pidió no ser identificado por temor a represalias contó a El Nacional que en febrero de 2021 hizo el pago de la prórroga a través de la página web del Saime, pero durante dos meses no obtuvo ninguna respuesta. Poco después, el gobierno de China anunció que no aceptaría esta extensión del documento, por lo que los venezolanos residentes debían buscar la forma de tramitar pasaportes nuevos.
“En abril no había forma de hacer eso a menos que consiguiera un ‘gestor’ del Saime. Conseguí uno que me ayudó a cancelar mi prórroga y pedir pasaporte nuevo. Eso me costó 400 dólares, más los 100 dólares que pagué por la primera prórroga. Después de esa fecha el sistema y el Saime estuvieron en actualización por meses”, explicó.
Su cita para tramitar el pasaporte nunca llegó. Aunque el pago fue debitado de la tarjeta de crédito del gestor, el sistema no lo procesó y, por lo tanto, no siguió con el proceso. “El pago nunca rebotó, y como todo se hizo a través de un gestor no pude recuperar el dinero”, señaló.
Tras cancelar esta solicitud, pudo procesar una nueva en julio. Canceló con la tarjeta de crédito americana de un amigo y el sistema aceptó el pago sin inconvenientes. Luego de dos semanas esperando por la asignación de cita, y ante el desespero por el riesgo de ser deportado, contrató a otro gestor para agilizar proceso.
“El gestor me cobró 450 dólares por la asignación de la cita lo más pronto posible. Cuestión que sucedió en horas. Al acudir a la cita, me indicaron que hay que pagar servicios consulares que tienen un costo de 100 dólares en efectivo”, señaló.
A pesar de haber gastado unos 1.050 dólares por su documento de identidad, la agonía de este venezolano continúa. Ahora debe esperar durante un tiempo indeterminado a que su pasaporte sea enviado a China.
“Sin pasaporte me deportan. No puedo obtener permiso de trabajo renovado, y si me atrapan trabajando ilegal también me sacan del país. Es decir, sin pasaporte no trabajo y sin trabajo mi familia en Venezuela y yo podemos quedarnos en la calle”, dijo.
Aunque algunos empleadores ofrecen ayuda en estos casos, no pueden mantener en sus nóminas por mucho tiempo a una persona que no cuente con un documento de identidad vigente.
“Yo aquí he trabajado por tres años. Soy un profesional respetado. Pero no valgo nada porque estoy indocumentado”, precisó.
“Estamos en incertidumbre”
Un profesor dijo a El Nacional que debido a la lentitud del Saime para tramitar documentos de identidad hay ciudadanos que tienen sus cuentas bloqueadas, así que no cuentan con un sustento para mantenerse.
“Es un procedimiento muy engorroso, centralizado y burocrático. Estamos en incertidumbre de lo que pueda pasar con nosotros si no recibimos a tiempo nuestros pasaportes”, expresó.
En su caso, fue de los pocos afortunados que pudo solicitar la renovación a través de la página web sin inconvenientes. El problema se presentó en el momento de la asignación de la cita.
“Hice la solicitud más o menos en abril de este año y la cita me la reprogramaron muchas veces hasta que finalmente me la dieron para junio. A muchos nos llegó un correo avisando que la cita fue adelantada. Ese mismo día tuve que irme de inmediato a la ciudad de Shanghái, donde está el consulado más cercano y me queda a tres horas en tren. Casi la pierdo”, contó.
A principios de agosto, recibió una notificación indicando que su pasaporte estaba impreso. Para recibirlo debe esperar a que sea enviado a China en una valija diplomática.
“Mi pasaporte actual se vence en diciembre. Espero que el nuevo llegue antes para poder renovar mi residencia”, indicó.
La última entrega de documentos venezolanos que se hizo en China fue en septiembre de 2020.
“Vivimos en zozobra”
Estrella Ramos teme perder la vida que ha construido en China con sus hijos si no reciben sus pasaportes a tiempo. Aun cuando está casada con un ciudadano de ese país, las leyes chinas no le permiten optar por la nacionalidad.
“Estar casada con un chino te da algunos beneficios migratorios, pero acá no se puede obtener la nacionalidad de esa forma. El gobierno de China no puede hacer nada por mí ni por mis hijos si yo no tengo un documento de identidad válido. La estadía y la vida que he construido aquí con mis hijos dependen del Saime”, explicó.
Al momento de solicitar la renovación de su pasaporte, Ramos tuvo que alquilar un server (servidor web) de Hong Kong para poder emitir el pago. Tratando de agilizar el proceso, solicitó la cita en la capital china pese a que habita en otra localidad. Esto le generó gastos de estadía por unos 800 dólares, más los gastos correspondientes al documento.
Desde hace dos meses el estado del trámite le indica que está en chequeo dactiloscópico. “Esto es muy preocupante”, lamentó.
En cuanto al pasaporte de sus hijos, solicitó la renovación hace dos meses y aún espera que le asignen la cita.
“Nadie quiere abandonar China. Hemos construido una vida, con mucho esfuerzo, y nos sentimos bien aquí. Mis hijos necesitan de sus pasaportes para seguir estudiando, yo necesito mis documentos para seguir aquí. Vivimos en zozobra”, advirtió Ramos.
“Imagínate dejar atrás todo por lo que has trabajado durante mucho tiempo por no tener un documento de identidad válido. Debo alzar mi voz para exigir al Saime agilizar los procedimientos: asignación de citas, entrega de pasaportes, entrega de prórrogas, etc. Tenemos mucho en juego”.
Visas humanitarias
Aun cuando las autoridades chinas no reconocen plenamente que el gobierno de Venezuela vulnera los derechos de identificación de sus ciudadanos, han adoptado políticas para que los venezolanos sin pasaporte vigente puedan estar un poco más de tiempo en su territorio.
Hace poco, China comenzó a aceptar nuevamente las prórrogas, un trámite en el que se extiende la vigencia del pasaporte por cinco años más.
Los venezolanos también pueden solicitar una visa humanitaria que tiene una duración de un mes. Puede ser renovada hasta tres veces. Una vez pasado ese tiempo, si la persona no ha podido obtener el pasaporte, deberá abandonar el país con un documento especial de viaje autorizado por la Embajada de Venezuela en China.
“Esto no es culpa de las autoridades chinas, porque esa es su política de migración. El problema central está en el Saime porque no nos está dando una solución concreta a esta situación. Hay países en peores condiciones políticas y sociales que Venezuela y en máximo un mes otorgan los pasaportes a sus ciudadanos”, dijo el profesor venezolano.
@ErikaHDelaR