VENEZUELA

Venezolanos elegirán al próximo presidente en medio de una crisis alimentaria

por El Nacional El Nacional

Pese a la recuperación económica que ha registrado el país, muy promocionada por el gobierno de Nicolás Maduro, la realidad es que la nación sigue padeciendo una grave crisis alimentaria en la que millones de personas siguen pasando hambre por el bajo poder adquisitivo.

En este contexto, en el que muchos venezolanos tienen como única prioridad poder alimentarse, Venezuela elegirá a su próximo presidente el 28 de julio.

Carolina Leal, quien solía apoyar a Maduro y a su predecesor Hugo Chávez, fundó la organización benéfica Alimentando un sueño, que se dedida a alimentar a niños en Maracaibo, estado Zulia.

«Yo defendía la revolución. Pero me cansé de ver a la gente morir de hambre», manifestó en declaraciones a Reuters.

«Hemos salvado vidas, hemos visto brillar los ojos de muchos niños, que es lo más gratificante», dijo Leal, de 47 años de edad.

¿Por qué Maduro culpa a las sanciones de la crisis alimentaria?

Aunque Maduro relajó los controles cambiarios y otras regulaciones para impulsar la economía en 2019, Venezuela sufre el segundo nivel más alto de hambre en América del Sur, después de Bolivia, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

Alrededor de 5,1 millones de personas, de un total de cerca de 30 millones, no tienen lo suficiente para comer, de acuerdo con la ONU.

El gobierno culpa a las sanciones estadounidenses por las dificultades económicas del país y la crisis alimentaria.

Maduro, que está en el poder desde 2013, espera ganar un tercer mandato en julio, compitiendo contra el candidato opositor y representante de la Plataforma Unitaria Democrática Edmundo González, quien cuenta con el apoyo directo de la líder María Corina Machado.

Mientras que en el país se desarrolla la campaña electoral, Leal dice que se concentrará únicamente en los niños. Cada semana, de lunes a viernes, sirve 200 almuerzos en su garaje a los niños del barrio Altos de Milagro Norte, en el oeste de Maracaibo, repartiendo sopa, pollo y arroz, cereales y más.

“Hemos venido trayendo vida, simplemente dándoles esperanza, una comida que disfrutan y les hace sentir valiosos”, dijo Leal, cuya organización atiende al menos a dos niños desnutridos semanalmente.