Luisa Kislinger, activista por los derechos de la mujer, aseguró que la falta de anticonceptivos en Venezuela ocasiona la «maternidad forzada» de miles de venezolanas.
Organizaciones internacionales, como el Fondo de Población de Naciones Unidas, importan decenas de miles de anticonceptivos este año. Pero su labor aún es limitada. La maternidad se ha convertido en una obligación, advierte la agencia AP.
La situación tiene cada vez más ramificaciones internacionales. Un creciente número de embarazadas huye a países como Colombia en búsqueda de la atención que no puede recibir en Venezuela.
Durante la gestión del fallecido presidente Hugo Chávez, el gobierno amplió las ayudas a las madres pobres con ingresos de efectivo mensuales. También mejoró el acceso a los anticonceptivos. Sin embargo, los embarazos adolescentes siguieron incrementándose.
La situación se agravó luego de que Nicolás Maduro llegó al poder en 2013. Aunque algunas mujeres reciben bonos mensuales, esto es insuficiente para mantener a sus familias.
La tasa de mortalidad materna subió por encima del 65% entre 2015 y 2016.
“Con Maduro hemos visto un retroceso sin precedentes”, agregó Kislinger.
Los profesionales médicos creen que Venezuela podría reducir en un tercio la mortalidad entre las madres haciendo una cosa: proporcionando anticonceptivos.
Según cifras de 2012, poco más de 23% del total de los nacimientos en Venezuela fue en mujeres de menos de 20 años.
Algunas organizaciones médicas independientes y grupos de derechos de las mujeres señalan que esta tasa podría ser ahora hasta de 28%. Un estudio realizado en cuatro hospitales el año pasado halló que en más de un cuarto de los nacimientos la madre era adolescente.
El reporte más reciente de población mundial de la ONU calcula que la tasa de embarazos adolescentes en Venezuela es de alrededor de 85,3 por cada 1.000 jóvenes de entre 15 y 19 años de edad. Esa cifra supondría un ligero descenso, aunque sigue siendo el doble que la tasa global.