Las gigantescas colas de vehículos en los alrededores de las estaciones de servicio de Valencia se han mantenido todos estos días, pero hay gasolina en todas para surtir.
De norte a sur de Valencia se aprecian las filas de carros esperando para abastecerse de combustible. También hay motos, pero en menor proporción. De acuerdo a lo consultado a algunos de los usuarios, el tiempo promedio de espera es de dos horas.
En las colas los conductores expresan que acuden a surtir el vehículo solo porque les queda poca cantidad, pues no tienen otro motivo para hacerlo. En todas las bombas hay presencia policial.
En la estación de servicio PDV de Flor Amarillo están activas las tres islas, en ambos lados, pero la cola daba al barrio Brisas del Aeropuerto. Un trabajador de un taller cercano señaló que la cola avanza pero ha permanecido así los últimos cinco días.
En la estación de servicio La Flor, en la entrada de la zona industrial, solo despachan combustible subsidiado y este viernes estaba trabajando con normalidad.
La de Trigal Sur también estaba laborando, pero había conductores esperando en los alrededores del parque Negra Hipólita.
En La Ceiba, ubicada en la avenida Bolívar norte, la fila llegaba hasta el BNC. La gandola había llevado el combustible a las 8:00 am, pero los trabajadores estimaban que solo alcanzaría para despachar hasta las 11:30am. Allí había pocos motorizados esperando para surtir.
La estación de servicio Guaparo, ubicada frente a la redoma del mismo nombre, es preferida por los usuarios porque la gandola lleva el combustible todos los días a primeras horas de la mañana. Las colas permanecen todo el día y el combustible se acaba cerca de las 4:00pm en promedio.
La bomba frente al centro comercial Shopping Center, de la urbanización Prebo, también recibe gasolina a diario, pero por lo general se termina al mediodía por la gran cantidad de clientela que atiende.
En la avenida Aranzazu de Valencia está la bomba Periférico, una de las más concurridas este viernes. De acuerdo a lo indicado por los usuarios, cuando abrieron surtieron con el combustible que quedó del jueves, pero a las 10:00am se acabó. De inmediato llegó otra gandola con combustible, por lo que tuvieron que esperar que descargara para arrancar de nuevo a surtir.
Eso generó que Luis Requena tuviera que esperar cuatro horas para abastecer su vehículo. Aseguró que no se retiró porque solo tenía 10 carros por delante y no quería aventurarse a ir a otra bomba.
En conversaciones con algunos trabajadores de las estaciones de servicio se pudo conocer que no es constante la cantidad de combustible que reciben. Algunas gandolas llevan 30 mil litros, pero otras 13 mil o 15 mil litros, por eso en unas bombas se acaban más rápido que en otras.