El jueves, 16 de septiembre, se concretó la designación por parte del Consejo Nacional de Universidades (CNU) de un rector encargado de la Universidad Simón Bolívar, USB, por lo que la Asociación de Profesores (APUSB), fijó posición ante esa comunidad para exigir elecciones.
USB
Pero también designaron nuevos vicerrectores de la institución, algo que no estaba previsto y que ha encendido las alarmas en la comunidad universitaria por considerarlas una forma de intervención.
Esta situación se une al entorno de suspensión de elecciones de autoridades académicas debido a sentencias emitidas por el Tribunal Supremo de Justicia, que exige que se cumpla la Ley Orgánica de Educación. Esta última establece que los procesos comiciales en las universidades deben realizarse por votación paritaria.
Entretanto, las autoridades de las casas de estudio de carácter autónomo rechazan aplicar elecciones en tales condiciones por considerar que se violaría la autonomía consagrada en la Constitución.
Comunicado de la Asociación de Profesores de la USB
Ante ese escenario, la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar emitió un comunicado. Este se agrega inmediatamente en su integridad:
Ante la falta absoluta del cargo de rector de la USB generada por el fallecimiento en julio del profesor Enrique Planchart, el CNU debía designar a quien supliera dicha falta y así lo hizo el 16 de septiembre de este año. Pero extendiendo el acto a la designación de nuevos vicerrector administrativo y vicerrector académico.
Si bien tales designaciones son legales, por cuanto es el CNU el órgano a quien por ley y reglamento interno le corresponde tal proceder, -en el entendido de que los designados deben ocupar el cargo con carácter interino y por tiempo determinado hasta tanto se realicen las elecciones que permitan a la comunidad universitaria escoger a las autoridades definitivas, con base en la materialización de los irrenunciables e insoslayables principios de democracia interna y autonomía universitaria- la forma y fondo como se realizaron tales designaciones demandan objetivas consideraciones que obligan a su cuestionamiento.
En primer lugar, el hecho de que en el CNU no se haya conformado una comisión ad hoc para estudiar los currículos de los 20 nombres presentados por el Consejo Directivo de la USB para ocupar el cargo de rector y, por ende, no esperar sus recomendaciones al respecto, evidencia que ya había decisión previa tomada de desestimar e ignorar la opinión de la comunidad en este sentido.
De igual forma, el hecho de que todos los designados estén identificados con el proyecto político-ideológico dominante en actualidad en nuestro país, alerta sobre la pretensión de imponer una direccionalidad única en la universidad completamente alineada con tal corriente política, cuyas expresiones contrarias a la autonomía universitaria todo el sector universitario nacional conoce perfectamente.
Plataforma Patria, convención colectiva y otras arbitrariedades
De tales expresiones, cabe mencionar, la imposición de la Plataforma Patria para el pago de nóminas, la también imposición de la reciente Convención Colectiva que, además de sumir en la inopia a profesores, empleados administrativos y obreros, desvirtúa por completo el espíritu y los verdaderos fines universitarios, al perseguir como objetivo la cristalización de una visión excluyente de sociedad, el control de los procesos de ingreso y la pretensión de aplicar una Ley de Universidades que hasta en su momento fue rechazada por el propio oficialismo, entre otras.
Frente a este eslabón en el desarrollo de la larga cadena de toma simbólica y político-ideológica de la universidad, en nuestro caso ahora concretada eficientemente, la lucha por el rescate de la autonomía e institucionalidad universitaria no debe cejar. Muy por el contrario, debe incrementarse, teniendo como norte una educación superior con excelencia, cónsona con las aspiraciones reales que la sociedad venezolana tiene de ella.
Tarea irrenunciable de activar esfuerzos por las elecciones de la USB
Se viene como tarea irrenunciable activar todos los esfuerzos y acciones posibles para llevar a cabo elecciones universitarias que permitan contar de nuevo con la posibilidad de que quienes dirijan la universidad no sean producto de ningún acto inconsulto, arbitrario y/o sobrevenido, y de que se respete cabalmente la decisión de quienes tenemos el derecho constitucional de decidir la orientación y conducción de la universidad. Solo con elecciones superaremos este amargo trance.
Más allá de lo ocurrido, queda mucho camino por recorrer y mucho que defender en la Universidad Simón Bolívar, en particular, y en el sector universitario nacional, en general. Esta acción, que en nada sorprende, no es razón alguna para el decaimiento. Por el contrario, debe fortalecernos en nuestra justa convicción de combatir para evitar la disolución de la universidad, recuperarla y transformarla, en el marco del mejor país que, sin duda alguna, está por venir y debemos construir.
Aprovechamos la ocasión para reconocer y agradecer la gestión de la profesora Mariella Azzatto al frente del vicerrectorado administrativo. También valoramos, en su justa dimensión, que se haya superado el despropósito de que alguien extraño a la universidad estuviese ejerciendo el cargo de autoridad.