Hace 25 años el chavismo se instaló en Venezuela. Desde entonces se acabó la democracia con todo lo que eso implica: persecución a la disidencia, torturas, muertes, exilios… La migración de más de ocho millones de venezolanos que huyeron (y los que siguen huyendo del país) por rutas inseguras y peligrosas, debería ser la cara más visible de lo que sucede en Venezuela donde la pobreza se ha establecido como una forma de control que ayuda a perpetuar la sobrevivencia del sistema instalado. Pero nadie en el mundo quiere ver esa cara. Para todos, Venezuela es un país donde se hacen elecciones a cada rato y por cualquier motivo con un sistema electoral automatizado, pulcro e incuestionable. Y el chavismo sigue allí, pero ¿qué lo sostiene?
Para que el chavismo continúe en el poder después de 25 años de desastre, ha hecho falta una mesa donde se apoye el sistema criminal. Una mesa de tres patas. Es una mesa bien servida con un menú que incluye narcotráfico, corrupción a niveles nunca vistos, transacciones políticas y monetarias, escándalos de humo y mordazas; silencio, mucho silencio, autoimpuesto u obligado.
Daniel Lara Farías quiere armar un escándalo en medio de ese silencio encubridor, y, en este libro expone, sin remilgos, las patas de esa mesa. Las tres patas que sostienen al sistema criminal están ahora visibles. Todas se unen alrededor del dinero, «el cochino dinero», que al parecer mientras más cochino es más asepsia produce.
En esas patas nos vemos todos, porque dicho con sus palabras: «Como se trata de una explicación de la tragedia, debemos entonces renunciar también a excluirnos de toda inocencia, pues formando parte de un conjunto, aquí culpables somos todos: los que votamos y los que dejamos de votar, los que militamos en partidos y los que nunca lo hicieron, los que creyeron en el camino electoral y los que dejamos de creer».
¿Cuán responsable se siente usted?
El autor de Una mesa de tres patas
Daniel Lara Farías (Maiquetía, 1980) ha dedicado más de una década a la comunicación, a través de medios escritos como articulista de opinión y como ancla de la emisora Radio Caracas Radio, donde condujo junto a Nehomar Hernández la tertulia política Y así nos va durante 10 años hasta el cierre de la emisora.
Egresado de la Universidad Central de Venezuela en 2002 con el título de licenciado en Estudios Internacionales, Lara Farías ha destacado por su opinión política disidente en redes sociales y en su canal en YouTube de forma especial desde 2019, con su programa Fuera de Orden donde ha marcado pauta de opinión crítica sobre la política venezolana, hispanoamericana y mundial.
En 2022 lanza el libro Fiesta con piñata, la primera entrega de una trilogía llamada Ajuste de cuentas con la politiquería venezolana. Con relatos históricos, análisis crítico y ensayos de opinión, va dejando constancia de todo lo que se cuece en el escenario político venezolano en los últimos cinco lustros, con un régimen haciendo de Venezuela una inmensa cárcel donde a veces quienes parecen ser prisioneros en realidad se tornan en carceleros y viceversa.
En Una mesa de tres patas Lara Farías nos presenta la segunda entrega de la serie. En ella, se adentra en un relato histórico documentado y más profundo en el que deja al descubierto respuestas a la gran pregunta sobre la desgracia venezolana: ¿cómo logró el chavismo esclavizar a toda la Nación? El autor responde en esta obra diciéndonos que el chavismo ya no es régimen. Ahora es un sistema. Y de este sistema está dispuesto a contar su historia.
Renunciar a considerar al chavismo como una fuerza política
(Extracto del libro Una mesa de tres patas de Daniel Lara Farías. Es la segunda entrega de su serie Ajuste de cuentas con la politiquería venezolana. Exclusivo para El Nacional).
Esta es la principal renuncia, la insoslayable, la que no se debe seguir postergando, porque el chavismo es una organización criminal.
Si se le tiene como una organización criminal y no como una organización política, habrá que renunciar entonces a actuar ante ellos con formas políticas, porque a un criminal usted no lo recompone recitándole artículos de la Constitución.
Asumidas las dos renuncias previas, la consecuencia natural es renunciar a reconocer como genuina a toda organización que se diga opositora y que pretenda actuar frente al chavismo como si este fuese un grupo político, cuando sus actuaciones son abierta y francamente delictivas y sus actores principales no tienen el menor interés, a estas alturas, en ocultarlo.
Tres renuncias. Tres patas tiene la mesa. Tres son los libros que componen esta serie Ajuste de cuentas con la politiquería venezolana. No he buscado el número tres adrede, simplemente ocurrió.
Luego de veinticinco años de chavismo en el poder, a quienes lo hemos padecido nos toca hacer el debido balance del camino andado y de los errores cometidos. Obviamente, fieles a nuestra idiosincrasia, los venezolanos nunca somos responsables de nada. Siempre hay un culpable y no somos nosotros. Alguien lo hizo y ese alguien no fui yo, fue otro. El yo no fui, en Venezuela, es una frase que debería estar al pie del escudo nacional.
Como se trata de una explicación de la tragedia, debemos entonces renunciar también a excluirnos de toda inocencia, pues formando parte de un conjunto, aquí culpables somos todos: los que votamos y los que dejamos de votar, los que militamos en partidos y los que nunca lo hicieron, los que creyeron en el camino electoral y los que dejamos de creer.
Los que fueron candidatos y los que se negaron a serlo.
Los que dispararon y los que se negaron a disparar.
Los que conspiraron y fracasaron y los que no conspiraron por miedo a fracasar.
De todos nosotros es la culpa. No podemos hacer otra cosa que sentirnos culpables después de veinticinco años de chavismo en el poder.
Ese muerto es de todos. De todos nosotros. Y nos toca cargarlo.
Una mesa de tres patas, ajuste de cuentas con la politiquería venezolana se encuentra a la venta a nivel mundial en Amazon.
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