Un venezolano de 32 años se encuentra entre las víctimas fatales del tiroteo registrado el pasado sábado 6 de mayo en un centro comercial de la ciudad de Allen, en Texas, Estados Unidos.
El hombre identificado como Elio Cumana-Rivas tenía tan solo ocho meses de haber llegado a Estados Unidos y trabajaba como repartidor de comida para ayudar económicamente a sus padres y a su hija de 11 años que residen en Venezuela.
Se mudó a Estados Unidos en 2022 después atravesar el peligroso Tapón del Darién, la selva fronteriza de 575.000 hectáreas de extensión entre Colombia y Panamá que cruzan miles de migrantes con el objetivo de llegar a territorio estadounidense.
También arriesgó su vida atravesando el Río Grande, en la frontera sur de Estados Unidos, contó a Telemundo 39 Santos Cumana, padre de la víctima.
Su hermano, Gregory Smith Cumana, dijo a CNN que el venezolano estaba buscando un mejor futuro para él y su familia.
“El objetivo de Elio era crecer como persona y su sueño era encontrar un lugar donde pudiera crecer y ayudar a sus seres queridos. Eso fue lo que lo impulsó a mudarse a Panamá y luego a los Estados Unidos”, relató.
“Ayudaba a su madre a comprar su medicina, y también se comunicaba con nuestro padre y se aseguraba de que tuviera todo lo que necesitaba”, agregó.
El padre de Cumana-Rivas contó que la última vez que habló con su hijo fue el viernes 5 de mayo, cuando le envió un video en el que aparece en medio de una jornada de trabajo.
El día del tiroteo, el venezolano se encontraba en el centro comercial en compañía de un amigo. Cuando escucharon los disparos, corrieron en direcciones opuestas, pero Cumana-Rivas fue alcanzado por las balas que disparó con un rifle AR-15 el tirador, un hombre identificado como Mauricio García.
“Estábamos viendo las noticias de los venezolanos que fueron atropellados por un carro en Texas. Pero nunca nos hubiéramos imaginado que mi hermano terminaría siendo víctima del tiroteo que ocurrió el sábado”, dijo el hermano de la víctima.
No fue sino hasta el lunes que familia se enteró de la muerte de Cumana-Rivas después de que un oficial del FBI se comunicó con su hermano menor que vive en Chile.
La familia aún no sabe cómo disponer de los restos de Cumana-Rivas. Esperan poder incinerar el cuerpo para facilitar su envío de regreso a Venezuela.
En el tiroteo también fallecieron otras siete personas, incluyendo a un joven guardia de seguridad de 20 años, Christian LaCour, que murió mientras intentaba llevar a la gente a un lugar seguro.
Dos hermanas de origen latino, Daniela Mendoza, estudiante de cuarto grado, y Sofía Mendoza, estudiante de segundo grado, murieron en el hecho. Su madre, Ilda Mendoza, se encontraba hospitalizada en estado crítico tras haber resultado herida en el tiroteo.
Otras víctimas fueron Cho Kyu Song, de 37 años, su esposa Kang Shin Young, de 35, y su hijo de 3 años, James. Por último, Aishwarya Thatikonda, una ingeniera de 26 años originaria de India, también falleció en el sitio.