La oposición en Venezuela sufrió una derrota devastadora en las elecciones regionales del domingo, incapaz de canalizar el descontento por una aguda crisis que llevó a este país rico en petróleo a tener un PIB per capita en niveles del de Haití. ¿Por qué?
«Divide y vencerás»
El partido de Nicolás Maduro ganó el principal municipio de Caracas y 20 de las 23 gobernaciones, según un primer boletín oficial. Ya 18 fueron adjudicadas y quedan dos por confirmar, de acuerdo con el segundo reporte, divulgado este lunes.
El proceso estuvo marcado por la decisión del ‘G4’ (los cuatro mayores partidos opositores) de retomar el voto tras negarse a participar en los comicios presidenciales de 2018, en los que fue reelecto Maduro, y los legislativos de 2020, en los que el chavismo recuperó el Parlamento, denunciándolos como «fraudulentos».
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Las fracturas en la oposición, sin embargo, hacían previsible esta derrota, según expertos consultados por la AFP.
«Divide y vencerás… Una buena cantidad de estados se pierden por división y la falta de reconocimiento a liderazgos emergentes», apunta el columnista y profesor universitario Pedro Benítez.
La oposición acudió a las regionales resquebrajada en dos bloques principales: la Mesa de Unidad Democrática, coalición que arrolló en las parlamentarias de 2015, y la Alianza Democrática, integrada por factores alejados del G4 que habían roto los boicots de 2018 y 2020.
«La oposición que vuelve (a las urnas) lo hace para enfrentarse a la oposición que nunca se fue», en una lucha por reposicionar liderazgos, indica el politólogo Jesús Castillo Molleda.
No toda la oposición, además, se plegó al llamado a votar en unas elecciones que convocaban a 21 millones de los 30 millones de venezolanos.
Dirigente reconocido desde 2019 como presidente interino de Venezuela por decenas de países sin haber desplazado del poder a Maduro, Juan Guaidó denunció otra vez falta de condiciones, aunque dijo respetar a quienes decidieron participar.
Con una abstención de 42,6% según el nuevo boletín, el chavismo arrolló solo con apoyo de 18% del padrón, subraya Benítez.
«Decepcionados»
«Hay un tremendo fracaso de la oposición como un todo y de las distintas ‘oposiciones’ en específico, porque no lograron articular una propuesta lo suficientemente atractiva para generar movilización», dice el doctor en ciencias políticas Daniel Varnagy.
Y uno de los objetivos opositores, precisamente, era recuperar de cara al futuro la movilización perdida ante el naufragio de la estrategia del «gobierno interino» de Guaidó.
Lo ocurrido hace «evidente» la «necesidad de reunificación» en las filas opositoras, dijo este lunes Guaidó en rueda de prensa.
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Una reunificación «suena bonita en el papel, pero ¿cómo la consigues?», se pregunta el politólogo Ricardo Sucre. «Domina (en la oposición) un discurso construido en términos morales, ‘tú eres un vendido’…, y eso, si no cambia, no hace posible la coordinación estratégica».
Los electores, a la vez, «están decepcionados de la clase política, fatigados», expresa Castillo Molleda.
Sucre indica que, en efecto, hay un público «que no se movilizó al sentirse traicionado» ante la incumplida promesa de cambios, aunque considera a la abstención «como actor político», una señal de descontento hacia la oposición… y el gobierno: «Es un partido político invisible, un candidato invisible».
«Tu voto no sirve»
El poder fáctico del chavismo, con apoyo militar, es otro factor fundamental.
La MUD, que nació en 2008, estuvo tres años prohibida y solo cinco meses antes de las regionales del domingo fue rehabilitada. Ello después de que la justicia entregara la dirección de partidos tradicionales a opositores distanciados de Guaidó.
Muchos de quienes recibieron esas organizaciones rompieron con el G4 y sus aliados después de haber sido vinculados con el empresario colombiano Alex Saab, próximo a Maduro, extraditado a Estados Unidos tras ser arrestado en Cabo Verde por acusaciones de corrupción.
Y el oficialismo, aunque admitió derrotas en el pasado, «vació» el voto, según Benítez.
Desconoció en la práctica al parlamento opositor (2016-2021), pues todas sus decisiones fueron anuladas por la justicia, y Maduro nombró en regiones que no controlaba «protectores», figuras a las que dio atribuciones de los gobernadores.
«El mensaje fue claro: tu voto no sirve», dijo Benítez. «Caló eso, la gente perdió fe en el voto y la oposición contribuyó con su línea errática».