Las autoridades colombianas aseguran que La Parada, en la frontera entre Colombia y el estado Táchira, fue el primer lugar conquistado fuera de Venezuela por la temida banda criminal Tren de Aragua, que nació en la cárcel de Tocorón y que se ha expandido por el continente en los últimos cinco años.
Un informe confidencial de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol de Colombia de 2020, compilado en el proyecto Narcofiles de la plataforma de periodismo de investigación OCCRP, muestra cómo la banda ha ganado terreno en Colombia.
Los documentos, a los que tuvo acceso CNN, muestran que la incursión del Tren de Aragua en territorio colombiano se remonta a mediados de 2017 en el corregimiento de La Parada ubicado en el municipio Villa del Rosario, en el Norte de Santander.
El coronel Carlos García, el comandante encargado de la Policía de Cúcuta, en entrevista concedida a CNN explicó que el contrabando y las economías informales e ilegales incentivan la presencia de grupos armados que se disputan el control de cobros por el cruce de los vehículos o de las personas a través de los pasos conocidos como trochas.
Aunque el comandante policial señala que hay varios grupos delincuenciales afincados en la zona, el Tren de Aragua y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) son notorias por la mortal competencia entre ellos para monopolizar el control de los recursos.
En un informe de inteligencia del Ministerio de Defensa Nacional de Colombia, producido en 2020, indicaron cómo el Tren de Aragua ganaba terreno en La Parada mediante el uso de armas.
Según los documentos, el Tren de Aragua “impuso su poder bélico, logrando establecerse en el lugar como máximo controlador de la economía ilegal”.
Especifican que la Policía Nacional logró determinar que las principales fuentes de financiación del Tren de Aragua en La Parada eran la distribución de estupefacientes (marihuana, bazuco y clorhidrato de cocaína), así como las extorsiones y los homicidios selectivos, para lo cual utilizaban armas de corto y largo alcance.
En el documento se lee: “Su accionar es muy similar al de los carteles mexicanos, utilizan violencia desmedida para demostrar su poder y a quien traicione o no obedezca órdenes, su asesinato (sic) lo pone como ejemplo para que otros no piensen por ningún motivo seguir estos pasos”.
El coronel García explicó que la guerra entre estos dos grupos es a muerte, y aunque afirma que actualmente el Tren de Aragua se ha ido reduciendo en número en los últimos años en la zona y el ELN tiene el control de la mayoría de los pasos ilegales, la lucha es “a sangre y fuego”.
Los residentes de la zona quedaron atrapados en el medio de esta confrontación que ha sido exhibida abiertamente con grafitis en las paredes.
Secuestros
Una persona, familiarizada con la situación y que prefiere mantenerse en el anonimato por miedo a represalias de la banda, aseguró que el Tren de Aragua ha ganado mucha fuerza porque recluta a niñas.
«Las consiguen en Venezuela, las traen engañadas y se las venden al cártel de México, al cártel de Sinaloa, que también está operando en Villa Rosario y La Parada y eso es silencioso, porque desaparecen muchas personas, por ejemplo, en las trochas», manifestó.
Muchas de las jóvenes que cruzan la frontera por las trochas son engañadas, obligadas a prostituirse o forzadas a realizar transmisiones en vivo en sitios web pornográficos.
Expansión del Tren de Aragua
Liderada por Héctor Guerrero, conocido como el Niño Guerrero, la organización se ha extendido como una metástasis primero por Colombia y luego Chile, Perú, Bolivia y Ecuador.
Según la página web de la Fiscalía colombiana, el Tren de Aragua tiene presencia en al menos ocho lugares del país y su influencia llegó a aterrorizar a los habitantes de Bogotá.
“El Tren de Aragua es la organización más disruptiva que hoy registra América Latina”, dijo a CNN Óscar Naranjo, exvicepresidente de Colombia, general retirado de la Policía Nacional de Colombia y uno de los artífices de la caída del cartel de Medellín.
“Yo diría que la característica básica es la de una violencia que no se detiene ante nada. Han asesinado a menores de edad, han torturado a jóvenes, han descuartizado ciudadanos y particularmente no se conforman con eso, sino que quieren mostrarlo, hacerlo público, visible, para intimidar al conjunto de la sociedad. Y una sevicia que nunca habíamos visto aquí en Bogotá”, agregó Naranjo.