Tamara Suju, abogada, defensora de derechos humanos y directora ejecutiva del Instituto Casla, indicó que es terrible lo que está pasando en Venezuela en materia de represión. “La pandemia se lo puso muy fácil a la tiranía venezolana”, señaló.
“Con la excusa de la cuarentena evitó las movilizaciones en la calle, aunque las protestas no han cesado por hambre, por falta de insumos médicos, por falta de luz, agua y gasolina”, advirtió.
“Yo quiero que sepan que hay municipios en Venezuela que tienen hasta 15 días sin electricidad. El venezolano además de tener que lidiar con el madurovirus ha tenido que enfrentar la pandemia, y tiene que salir a sobrevivir”, afirmó.
“La tiranía oculta las cifras reales sobre contagios y muertes por la pandemia de coronavirus”, señaló.
Explicó que a los que presentan síntomas los refieren a un Centro de Diagnóstico Integral dirigido por médicos cubanos.
“Todo el que informe o denuncie una cosa no oficial es detenido arbitrariamente. Ayer, por ejemplo, la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales fue amenazada por Diosdado Cabello, solo por presentar un informe sobre la enfermedad”, señaló.
Pandemia de protestas
Dijo que hubo detenidos por protestar la falta de gas y gasolina, y recordó que el 5 de mayo asesinaron a un joven de 21 años de edad en Mérida por protestar por falta de electricidad. Detalló que 18 comunicadores sociales fueron detenidos desde que empezó el confinamiento y 12 trabajadores de la salud lo fueron por protestar por la falta de insumos médicos. De ellos, 3 tienen arresto domiciliario. Señaló que un abogado también fue retenido y torturado por acompañar una protesta de pacientes con cáncer.
“Yo no podría dar una cifra exacta de cuántos presos políticos hay, pero en estas últimas semanas hay detenidos que al día de hoy no sabemos en qué parte están ni dónde los han llevado”, afirmó.
Nuevas incidencias
El Instituto Casla envió el 15 de abril a la Corte Penal Internacional una nueva comunicación con 12 nuevas incidencias: detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, torturas y violencia sexual.
“Los peores horrores que se puedan imaginar se cometen en Venezuela, la mayoría por la Dirección General de Contrainteligencia Militar y algunos por la Fuerza de Acciones Especiales, por el Conas y el Sebin”, subrayó.
Explicó que habían registrado distintos métodos de tortura, entre los que señaló colgamientos, asfixias con bolsas plásticas y con agua, descargas eléctricas, abuso sexual, confinamiento en celdas de máxima seguridad, sin ventilación, en las que se asfixian por el calor y la escasa comida. Agregó que a los detenidos los torturan psicológicamente, y reciben tratos inhumanos y degradantes.
“Cada vez hay más miedo de denunciar lo que les ocurre a los presos políticos”, recalcó.
Sus declaraciones las ofreció en el foro La justicia no está en cuarentena, organizado por el Instituto Casla, en el que participaron además Jon Piechowski, subsecretario de Estado adjunto para el hemisferio occidental; Javier Larrondo, presidente de Cuban Prisioners Defenders, y Denis Darce, director ejecutivo adjunto de la Comisión Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua.
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