Tres personas murieron en un enfretamiento en un operativo especial de las fuerzas de seguridad del estado Zulia al mediodía del lunes al sureste de Cabimas, estado Zulia. Comisiones mixtas integradas por efectivos de la Guardia Nacional, la Policía de Estado Zulia y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de Cabimas se alinearon para enfrentar a tres presuntos robacarros de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, reseñó Panorama. Dos de las víctimas quedaron identificadas por allegados como Andrés Rojas, de 24 años, y Ender Chirinos, de 23. El tercer fallecido aún no ha sido identificado.Según información extraoficial, ofrecida por efectivos policiales, las comisiones buscaban a los evadidos de uno de los calabozos de Policabimas, cuando vieron a unos sujetos en actitud sospechosa, a quienes les dieron la voz de alto. ?Los hombres al ver las comisiones emprendieron veloz huida y desenfundaron armas contra las comisiones. Uno de ellos disparó con un revólver y otro con un arma nueve milímetros», declaró una fuente a Panorama.Los heridos de bala fueron llevados al Centro de Diagnóstico Integral (CDI) del sector Nueva Cabimas pero ingresaron sin signos vitales, dijeron efectivos. Funcionarios indicaron que ambos estaban señalados de ser ladrones de vehículos. De hecho, informaron, extraoficialmente, que fueron sorprendidos en un galpón donde había partes automotrices, al parecer de dudosa procedencia. Familiares y vecinos se agolparon en las afueras del CDI llorando por sus deudos. Parientes rebatieron la versión policial.?Ellos estaban amanecidos. Estaban tomando licor en una esquina, porque estuvieron celebrando un cumpleaños y un bautizo. Después llegaron las comisiones mixtas que rastreaban a los fugados de Policabimas y empezaron a dispararles. Allí no hubo enfrentamiento. El tiroteo fue diagonal a la escuela Raúl Osorio Lazo. Menos mal que muchos niños ya se habían retirado del plantel. Pero se formó un caos en la escuela. Todo el mundo se tiró al suelo. Policías entraron también?, dijo un familiar bajo el anonimato, cuya historia fue refrendada por un docente que luego escondió su carné para que no registraran su nombre.
