«Hay un tiroteo, no bajes por esa calle», fueron las últimas palabras que Adriana Gómez le dijo a su esposo, Augusto Javier Méndez Hernández, el lunes a las 12:00 del mediodía cuando salía de su residencia para dirigirse a su trabajo.
Dos horas después, el cadáver del comerciante, de 31 años de edad, fue ingresado al Hospital Clínico Universitario.
Una vecina le avisó a la esposa. «Sacaron a tu marido muerto de un jeep verde», relató Gómez este martes a las afueras de la medicatura forense de Bello Monte, a la espera de la entrega del cuerpo.
Méndez Hernández quedó atrapado en la línea de fuego entre delincuentes. Recibió un tiro en el hombro izquierdo que le perforó el corazón y murió en el sitio.
Era comerciante de ropa y atendía un puesto en la avenida principal de El Cementerio. Vivía en la calle El León del mismo sector.