El 19 de abril fue la última despedida de Orlando José Maldonado Pérez, el único tachirense que falleció el 27 de marzo por el incendio en el centro de migrantes en Ciudad Juárez, donde se encontraba detenido.
Por el mismo hecho, otros seis venezolanos también murieron. Los cuerpos llegaron el domingo por la noche a Venezuela en un avión de la Fuerza Aérea mexicana, tras gestión de las embajadas de ambos países, y los trasladaron a la sede del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses, conocido como la morgue de Bello Monte.
Luego fueron llevados a las ciudades de origen. El cuerpo de Maldonado Pérez llegó a su casa, en la calle 4 de la villa de Tucapé, municipio Cárdenas, el 18 de abril.
Un reportaje del medio regional La Nación describió que los familiares del joven de 26 años de edad, aunque estaban afectados por lo ocurrido, tenían la tranquilidad de que pudieron sepultar sus restos en el Jardín Nuestra Señora de La Consolación.
El 27 de marzo se originó un incendio que provocó el fallecimiento de 40 extranjeros, que esperaban llegar a Estados Unidos.
El joven era padre de un niño de 5 años de edad y salió del país en octubre de 2022 en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida, dijo una prima de la víctima al medio digital El Pitazo. Con las esperanzas de establecerse en Estados Unidos, cruzó la peligrosa selva del Darién y, luego de semanas en Panamá, continuó la ruta hacia México, adonde llegó el 24 de febrero. En Miami lo esperaba su hermano mayor.
Asfixia por inhalación de humo
En momentos en que crecían las llamas y se intensificaba el humo, no contaron con la ayuda de los custodios: los dejaron encerrados a pesar de que aún había tiempo para abrirles las rejas. Así se observa en un video captado por una cámara de seguridad, cuya divulgación en las redes sociales ayudó a que se denunciara la omisión de las autoridades.
La asfixia por inhalación de humo fue la causa de muerte de los siete venezolanos, que no presentaron lesiones ocasionadas por las llamas.
Los familiares de las víctimas viajaron a México el viernes 14 de abril para el reconocimiento de los cadáveres, con la cooperación de las autoridades mexicanas y venezolanas.
Se reunieron con la Fiscalía y la Secretaría de Gobierno de México para exigirles que se investigue el hecho y se establezcan las responsabilidades, de acuerdo con un reporte de Unión Radio.