Damián Merchán* estuvo desde las 9:00 am hasta las 5:00 pm secuestrado. Ni él ni su pareja tenían dinero para pagar el rescate en dólares que les pidieron luego de que ambos fueran interceptados por una camioneta Fortuner cuando transitaban en su vehículo por el sector Los Chorros del municipio Sucre.
“Se bajaron cuatro sujetos de la Fortuner, todos estaban armados, y nos apuntaron del lado del copiloto y del piloto, donde estaba mi novio. A él lo metieron dentro de la camioneta y a mí me llevaron al puesto de atrás del carro en el que estábamos. Uno de ellos me amenazó con asesinarme si le veía la cara. Estuve todo el tiempo con la cabeza agachada”, explicó Merchán.
Ambos vehículos tomaron la vía de la Cota Mil y llegaron a una zona popular. Estacionaron cerca de lo que parecía ser uno de los bloques del 23 de Enero y los criminales empezaron a interrogar a las víctimas por separado. “Si las preguntas no coincidían, nos dijeron que nos matarían a los dos”.
—Vamos a pedir dólares, ¿quién va a pagar por ti?, ¿tu mamá, tu papá?, ¿a qué se dedica tu familia? Háblame claro— dijo uno de los sujetos.
“Yo siempre les hablé con la verdad. Les dije que mi familia no tiene dinero, que el carro no era mío y que mi pareja tampoco tenía para pagar. Por suerte, cuando los tipos cotejaron ambas versiones, se dieron cuenta de que hablábamos con la verdad. Ellos creían que teníamos plata solo por el carro en el que andábamos”, narró la víctima.
—No sé cómo van a hacer, pero nosotros queremos esos dólares.
EL DATO
“Mostrar teléfonos celulares de última generación o prendas de vestir ostentosas demuestra que se tiene una alta capacidad económica. Estos detalles son buscados por los secuestradores para seleccionar a las víctimas”.
Mario Mármol García, abogado criminalista
“El carro en el que andábamos lo dejaron en la vía del 23 de Enero. Me pasaron a la maleta de la camioneta. Como se dieron cuenta de que no teníamos plata, le dijeron a mi compañero que debía conseguir la mitad de la cifra inicial en dólares que habían solicitado para que pudieran dejarnos libres”, acotó.
Los delincuentes obligaron al novio de Merchán a hacer las llamadas pertinentes para que consiguiera de cualquier forma el dinero en efectivo. El fin de semana anterior una vecina les había propuesto comprar el vehículo, pero ambas partes no habían llegado a un acuerdo. La llamó inmediatamente en alta voz para que los sujetos escucharan, pero la mujer dijo que solo tenía euros; los secuestradores aceptaron ese monto, que era un tercio menos de lo que se había pactado la segunda vez.
—Arranca a buscar los euros. Llévate tu teléfono que nos vamos a comunicar contigo— dijo uno de los criminales.
Dos sujetos se quedaron con Merchán, quien estaba todavía en la maleta de la Fortuner. El resto de los hombres se encargó de seguir a la otra víctima hasta el lugar donde iba a recoger el dinero en efectivo.
Proceso de entrega
La pareja de la víctima se movilizó en el carro que los delincuentes habían dejado en el 23 de Enero. Fue hasta el lugar donde la vecina le entregaría los euros y siempre estuvo monitoreado por los secuestradores. Posteriormente fue citado en una zona de Petare, donde luego de entregar el dinero lo dejaron ir.
Mientras tanto, a Merchán lo tenían en la maleta. “Al rato llegaron unos malandros que parecían colectivos; no eran conocidos de ellos. Se pararon al lado de la camioneta a consumir droga. Los secuestradores estaban nerviosos, sacaron sus armas y apuntaron a los que estaban recostados de la Fortuner. Los de afuera no los podían ver porque el vehículo tenía vidrios ahumados”.
—Si te mueves y se dan cuenta de que hay gente aquí adentro nos vamos a entrar a tiros con ellos y te vamos a matar a ti— amenazaron los delincuentes.
EL DATO
“Estos pagos pueden durar 20 minutos, media hora o inclusive varias horas. Hay bandas delictivas que ponen a rodar a la familia fuera del área Metropolitana de Caracas o fuera del área del estado de donde se efectuó el plagio. Realmente es dramático, doloroso y momentos de muchos nervios. Nadie puede garantizar lo que va a pasar durante el pago. Por eso estamos obligados a denunciar en los cuerpos de seguridad del Estado”
Mario Mármol García, abogado criminalista
Después de varios minutos, los sujetos que estaban en el exterior del vehículo se retiraron y los secuestradores bajaron sus armas. Recibieron una llamada, encendieron el automóvil y aceleraron.
“Todo este proceso pasó en aproximadamente 8 horas. A mí me dejaron en el Hospital Pérez Carreño. Estaba todo lleno de grasa, mi ropa estaba muy sucia y parecía un indigente. Le pedí ayuda a las personas que estaban en los alrededores del hospital, pero nadie quiso prestarme un teléfono a pesar de que les dije que había sido secuestrado. Al final, después de tanto pedir ayuda, un perrocalentero entendió mi desesperación y me regaló una llamada. Mi pareja pasó a buscarme”.
Patrones de un secuestro
A diferencia del caso de Damián Merchán, la mayoría de los secuestros son perpetrados en horas de la noche y la madrugada. El abogado criminalista Mario Mármol García agregó que aproximadamente en 75% de los casos las víctimas se trasladaban en un vehículo particular.
“Por lo tanto, si una persona está en un automóvil en horas de la noche y en un sitio foráneo tiene altas probabilidades de ser secuestrada”, explicó el especialista, quien recomendó evitar la vida nocturna para reducir las probabilidades de ser secuestrado. “Es decir, salir a restaurantes, discotecas o visitar a amigos en sitios lejanos”.
En la Ley Contra el Secuestro y La Extorsión se clasifican los secuestro según el tiempo que dure el cautiverio:
Secuestro Breve: es aquel que no pasa de las 24 horas.
Secuestro Prolongado: es aquel que supera las 24 horas.
El modus operandi o la información previa que los delincuentes puedan manejar de las víctimas no determinan el tipo de secuestro, según las leyes venezolanas. En el caso de Merchán, el delito entró en la clasificación de Secuestro Breve, debido a que los afectados estuvieron secuestrados menos de 12 horas.
“En cualquiera de estos dos tipos de secuestro pueden o no existir previamente datos e información de la víctima. Se conoce coloquialmente que puede ser ‘pichado’ cuando ocurre con información breve o previa de la víctima. En el secuestro exprés el delincuente no conoce a la víctima ni tiene información previa, sino que secuestra porque la víctima se desplaza en una urbanización costosa o va en un carro ostentoso”, explicó Mármol García.
Aunque las probabilidades de ser secuestrado aumenten cuando se demuestra que se posee bienes, cualquier persona que viva en el país puede ser víctima de este delito. El experto en criminología advierte que debido a la situación social y económica en el país, cualquier ingreso extra puede ser una “buena ganancia” para cualquier delincuente.
“La principal víctima de secuestro es aquella que no se cree que puede ser raptada. No importa si la víctima tiene o no dinero. No importa si su perfil demuestra que posee muchos recursos. Hemos conocido casos de gente muy humilde; a choferes de jeep de zonas populares; a hijas de domésticas. Nadie se salva; cualquier persona puede ser víctima de secuestro. Este delito no distingue clase social ni posición política. De allí que nosotros tenemos que estar alertas y activos”, sentenció Mármol García.
*Se utilizó un nombre ficticio para proteger la integridad de la víctima