SUCESOS

Por error entregaron el cadáver de una nonagenaria a otra familia

por Avatar Sandra Guerrero

Debido a un error de un funcionario del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) el cadáver de María Ignacia Torrelles –de más de 90 años de edad, oriunda de Barquisimeto, estado Lara, ingresada a la morgue de Bello Monte el sábado 24 de febrero– fue entregado a otra familia que autorizó su cremación.

Torrelles murió como consecuencia de un paro respiratorio. Durante varios días su familia estuvo haciendo diligencias con el fin de lograr un documento que la identificara porque no tenía cédula de identidad ni partida de nacimiento. Fue criada en un orfanato del estado Lara, le contó ella a su familia. Al parecer esa institución ya no existe y los parientes no pudieron obtener información ni el documento que necesitaban para el retiro del cadáver.

El sábado pasado los familiares regresaron a la morgue para reclamar el cuerpo y ordenar su cremación, pero allí comenzaron las trabas.

Primero a una de las hijas de Torrelles le iban a entregar un cadáver que no era el de su mamá. Cuando se lo mostraron se percató de que no tenía las características fisonómicas de su madre. La hija dijo que su mamá debido a la edad había perdido la dentadura y el cuerpo que le mostraron sí la tenía completa. Después les explicaron que ese día no era posible entregar el cuerpo porque  estaba en una cava cuya llave la tenía un empleado que no se encontraba en la morgue.

El domingo la familia regresó a la medicatura forense y estuvo esperando varias horas porque la llave seguía sin aparecer, y los citaron para ayer lunes, a las 9:00 am, cuando finalmente alguien les manifestó que el cadáver había sido entregado a otra familia, por equivocación, que había autorizado la cremación del cuerpo.

Ahora los parientes de Torrelles esperan conocer a los familiares de esa persona que fue cremada para saber el destino que le dieron a las cenizas de su mamá. Luego se determinará quién correrá con los gastos de la cremación del cadáver que quedó en la morgue.

María Ignacia Torrelles dejó 3 hijos, 6 nietos y 11 bisnietos.

Una fuente del Senamecf manifestó que no es la primera vez que se comete un error de esa naturaleza en esa dependencia, pero que en otras oportunidades se han percatado a tiempo y han podido subsanar la falla porque cuando han estado a punto de entregar el cuerpo a las personas que no es de la familia del difunto alguien se dio cuenta e impidió que se cometiera la falta.

Un ex funcionario de Homicidios de la antigua PTJ, que omitió dar su nombre, dijo que esas cosas ocurren cuando en los cargos designan a gente inexperta en la materia. Desde hace tiempo el personal con experiencia fue retirado de la morgue e ingresaron a otras que desconocen el trabajo.