Familiares de Andrés Rafael Farías, de 34 años de edad, que aguardaban en la morgue de Bello Monte no se explicaban cómo podían estar allí a causa de la crisis de salud, y no por la inseguridad, lo que de todos modos agradecían a Dios. Farías murió el martes en la noche en su vivienda, en el sector Turumo, en Petare. Los parientes se enteraron porque acudieron a su casa, en vista de que Farías no respondía las llamadas. Al llamar a la puerta y no obtener respuesta, tuvieron que violentar la cerradura y al entrar hallaron el cadáver en su habitación.
Desde niño sufría de epilepsia y en los últimos meses las crisis eran más frecuentes por la escasez de Fenobarbital. Pasaba hasta 15 días sin tomar el medicamento, dijo con tristeza su cuñada, Yamileth Vallenilla.
Debido a su salud, Farías dejó de laborar y solo trabajaba en carpintería y electricidad en domicilios cerca de su vivienda. El domingo Farías les informó que viajaría a Barlovento el lunes a visitar a unos parientes, pero no llegó.
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