Aproximadamente 2.330 presos de la Comunidad Penitenciaria de Fénix, en Lara, comenzaron este jueves a las 6:00 am una huelga de hambre, luego de entonar el Himno Nacional.
Los internos exigen que se reanude el pase de paquetería; es decir, alimentos por parte de sus familiares. Esta práctica la suspendieron, así como también el ingreso de agua potable para consumo e higiene personal. Igualmente porciones de comida completa porque lo que les dan equivale a una taza de café.
El penal tiene una población aproximada a 1.800 hombres y 230 mujeres. A la protesta se sumaron 300 reclusos del área de máxima seguridad, informó Carolina Girón, directora general del Observatorio Venezolano de Prisiones.
Los presos y sus familiares denunciaron ante el OVP que los están matando de hambre. Dice que hay días en que solo les dan una comida. Otros días reciben tres porciones equivalentes cada una a una taza de café.
La problemática de la alimentación en los penales data de 2019, pero se acentuaron por las medidas de emergencia adoptadas por el coronavirus ya que se suspendieron las visitas y con ellas la llegada de comida que llevaban los familiares.
Los presos entienden que en el país hay una emergencia, pero piden que permitan a sus parientes llevarles alimentos y agua.
Los reclusos se preguntaron cómo pueden cumplir con las medidas de prevención del coronavirus si no tienen ni agua, están mal alimentados y no tienen mascarillas.
Carolina Girón expresó su preocupación por los detenidos de cada una de las cárceles del país.
«Esta huelga que hoy inician en Fénix es consecuencia de la falta de políticas y medidas por parte del Ministerio del Servicio Penitenciario, ante la pandemia del coronavirus», expresó.
Girón le hizo un llamado al Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo a velar para que se cumplan y no se vulneren los derechos humanos de la población penal.