Casi 3 años lleva José Gregorio Álvarez tratando de que se haga justicia en la investigación por los homicidios de su hijo Giovanny Álvarez Carruyo, de 17 años de edad, y del ganadero Carlos Eduardo Gamardo Marcano, de 25 años, ocurrido el 19 de noviembre de 2015 en la zona industrial de Maturín, estado Monagas. En el hecho están implicados varios funcionarios de la policía de la capital monaguense que ya fueron imputados.
El padre ha viajado varias veces a Caracas para plantear ante el Tribunal Supremo de Justicia y el Ministerio Público el retardo procesal. Ayer denunció que 17 veces ha sido diferida la audiencia preliminar e igual número de veces la prueba anticipada.
Ahora la audiencia preliminar está fijada para el 2 de noviembre que es día sábado y no hay actividad en tribunales. Aún no han fijado la fecha para la prueba anticipada.
Álvarez dijo que la declaración del testigo presencial del suceso se extravió y aprovechó para solicitar al presidente del TSJ, Maikel Moreno, que destituya al juez primero de control de Monagas, Larry Zulueta, y a su asistente Laura Velásquez a quienes responsabiliza del retardo procesal. “El Ministerio Público cumplió”, afirmó, y se refirió a la fiscal XI, Indira Boada.
Señaló que el presunto autor intelectual del doble homicidio estaría trabajando en una dependencia de la Alcaldía de Maturín. En los próximos días Álvarez se reunirá con un representante del TSJ para insistir en el caso.
El 19 de noviembre Gamardo Marcano le pidió a Álvarez Carruyo que lo acompañara a la zona industrial de Maturín. Cuando transitaban por el sector fueron interceptados por funcionarios de Polimaturín. Como el adolescente tenía un tío que trabajaba en el organismo policial lo llamó y fue cuando los agentes dispararon contra él y su acompañante.