El cuerpo sin vida de Lisbeth Ramírez, asesinada el pasado 15 de enero en el operativo en El Junquito, llegó aproximadamente a las 9:00 pm al cementerio Metropolitano da San Cristóbal, estado Táchira, para su entierro.
El ataúd fue llevado escoltado por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
Ciudadanos presentes, que se acercaron para despedir a Ramírez, gritaron consignas antigubernamentales cuando traían el cadáver. «Y va a caer, y va a caer. Este gobierno va a caer».
#20Ene Escuche las consignas de quienes en estos momentos despiden a Lisbeth Ramírez en #Táchira #CasoOscarPerez #Venezuela Reporte de @lorearraiz pic.twitter.com/SAEy8VAS58
— Te Lo Cuento News (@TeLoCuentoNews) 21 de enero de 2018 justify;»>Familiares de Ramírez estuvieron durante más de ocho horas en el Cementerio Metropolitano de San Cristóbal, estado Táchira, esperando el cuerpo de la fallecida.
El cadáver de Ramírez llegó vía aérea a la localidad, en donde estaba todo dispuesto para la sepultura. Shirley Correa Mantilla, hermana de Lisbeth Ramírez Mantilla, exigió a las autoridades que entregaran inmediatamente el cuerpo de la asesinada porque no quierían dar información sobre el sitio al que la iban a enterrar.
«Son muy malos, malos, no han tenido compasión con nadie. Y si siguen, van a seguir haciendo lo que quieren, lo que les da la gana. Que la gente despierte, que no se dejen comprar por un bono de porquería, que no sirve para nada. La gente se contenta porque les llega 500 bolívares y eso no sirve para nada», dijo entristecida Shirley sobre el gobierno.
Abraham Agostini y Alejandro Díaz, también miembros del grupo de Óscar Pérez, fueron enterrados este sábado en el Cementerio del Este, en Caracas. El sepelio se realizó forzadamente sin autorización de los familiares. No se les permitió la posibilidad de velarlos.
