El cadáver de un hombre localizado en terrenos adyacentes a una cementera en la vía de El Llanito, en Paulo Sexto, estado Miranda, fue identificado como Roney Daniel Muñoz Garrido. Los restos halladados el 19 de marzo estaban carbonizados y sin manos.
Las imágenes del cuerpo fueron expuestas en las redes sociales, tenía un caucho y basura encima. El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas del eje de homicidios de la Subdelegación El Llanito levantó la escena del crimen, y en ese momento la hipótesis señalaba un ajuste de cuentas. Pero 15 días después del hecho, familiares de la víctima ofrecieron otros detalles a la prensa.
Muñoz Garrido era un Ingeniero Civil de 27 años de edad y padre se tres hijos menores. Desde octubre pasado se había radicado en Medellín, Colombia, para cumplir contratos laborales.
En diciembre regresó a Caracas para las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Planeaba regresar a Colombia a comienzos de abril por una nueva oferta de trabajo.
Los planes fueron truncados por desaparición forzosa, según sus familiares.
Residentes de los sectores 5 de Julio y 19 de Abril de Petare fueron sorprendidos el lunes 18 de marzo por un operativo policial en el que actuaron funcionarios de Polisucre y Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana con apoyo de la Dirección General de Contrainteligencia Militar.
La acción conjunta fue con el propósito de capturar a integrantes de la banda de El Wileysi, implicada en varios delitos.
Sin embargo, no hubo fuente policial que revelara las identidades de los ultimados durante el presunto enfrentamiento, aunque lugareños indicaron que algunas personas fueron heridas y detenidas.
Funcionarios de la FAES y la Dgcim continuaron desplegados en varios sectores.
El martes 19, Muñoz Garrido se encontraba en el sector 24 de marzo, barrio La Bombilla, en Petare. Esa mañana visitaría a sus hijos.
Al llegar a la casa de la ex esposa, el ingeniero fue abordado frente a la mujer y uno de sus hijos pequeños.
Fue doblegado con corriente y se lo llevaron. Vecinos fueron testigos de la acción policial , hombres con pasamontañas, vestidos de negro y con armas largas.
Familiares del hombre emprendieron la búsqueda en comisarías, pero no obtuvieron respuesta. Transcurrieron ocho días y decidieron acudir a la morgue de Bello Monte.
Funcionarios les indicaron que había un cuerpo carbonizado y sin manos, que no había sido evaluado debido a las fallas eléctricas.
Los parientes tenían dudas sobre si se trataba de Muñoz Garrido. Dos días después acudieron a la Fiscalía para exigir que ordenara la exámenes no rutinarios de antropología forense y dentales. EL protocolo no incluía el de ADN, pues los resultados se emitirían ocho meses después.
Con la orden en mano y la presencia de un fiscal del Ministerio Público, patólogos efectuaron las pruebas para establecer la identidad de la víctima.
Familiares indicaron que a Muñoz Garrido le faltaba un riñón y tenía brakets en la dentadura.
Con los detalles aportados, se logró determinar la identidad del cuerpo carbonizado que permanecía en las cavas de la principal morgue capitalina.
Familiares negaron la versión policial para justificar la detención de la víctima.
«Ellos alegaron que fue detenido porque ayudó a trasladar a dos heridos del operarivo del lunes 18 de marzo al hospital Domingo Luciani de El Llanito; eso es falso», manifestó Olga Díaz, pariente de la víctima, qi exigió justicia.