Nicaragua y Venezuela ocuparon el jueves el primer plano del debate de la 51 Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), donde la pandemia y la recuperación económica de la región han quedado como temas secundarios.
La situación de ambos países prácticamente monopolizó las deliberaciones de los 34 Estados miembros del órgano regional, que celebra del 10 al 12 de noviembre su Asamblea General con Guatemala como sede virtual del evento, pese al constante reclamo por parte de Nicaragua.
«Nicaragua se respeta, señor presidente», dijo Michael Campbell, representante de Nicaragua, en la antesala de la sesión plenaria del ente regional encabezada por el canciller guatemalteco, Pedro Brolo.
La reacción de la nación centroamericana obedeció a un proyecto de resolución incluido en el punto 24 del temario de la Asamblea, promovido por las representaciones de Canadá, Antigua y Barbuda, Chile, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, República Dominicana y Uruguay, para ser debatido el viernes.
«Esta delegación rechaza de la manera más categórica la inclusión del punto 24 en el temario de esta Asamblea General», esgrimió el funcionario nicaragüense.
La resolución propuesta sobre la situación de Nicaragua deplora que el país centroamericano haya hecho caso omiso a las iniciativas diplomáticas y técnicas emprendidas desde junio de 2019 por la OEA para promover la democracia representativa y la protección de los derechos humanos.
También busca declarar que las elecciones celebradas el pasado domingo en Nicaragua, en las que el presidente Daniel Ortega fue reelegido, no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática, de igual forma que las instituciones democráticas de Nicaragua han sido seriamente socavadas por el gobierno.
Sin embargo, Campbell subrayó que el mandato del pueblo de Nicaragua fue renovado de «manera libre, transparente y soberana a través del voto de casi 3 millones de ciudadanos nicaragüenses, el pasado 7 de noviembre; y continuaremos forjando un futuro de paz, prosperidad y bienestar».
Canadá entre las voces críticas
Durante la sesión de la Asamblea General de la OEA, Canadá fue uno de los países más críticos con el gobierno de Ortega, quien se impuso el domingo en unos comicios cuestionados por la comunidad internacional.
La canciller canadiense, Mélanie Joly, aseguró que su país está profundamente preocupado por lo que acaba de ocurrir en Nicaragua en referencia a las elecciones del pasado domingo, a las que describió como injustas y que no fueron libres al encarcelar a los líderes de la oposición, periodistas y miembros de sociedad civil.
En respuesta, el representante de Nicaragua rechazó las falsas declaraciones de la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá y manifestó nuevamente que «Nicaragua se respeta».
Campbell aprovechó para mencionar que el mundo entero ha contemplado estupefacto los hallazgos de tumbas sin marcar de niños y niñas en Canadá.
Sostuvo que «se estima que entre 1883 y 1996 más de 150.000 niños y niñas indígenas fueron separados de sus familias y enviaron a reformatorios gubernamentales donde sufrieron todo tipo de abusos físicos y sexuales, tortura y hasta asesinatos».
Al concluir, el funcionario nicaragüense se preguntó si «¿podrá haber democracia sin la participación plena de los pueblos originarios? ¿Podrá haber democracia sin justicia para tantas familias y comunidades indígenas?».
Objeción a Guaidó y críticas a Venezuela
Venezuela también se convirtió en motivo de polémica durante esta jornada, después de que México, Bolivia y Argentina objetaran la presencia de la representación del presidente interino Juan Guaidó y señalaran que Nicolás Maduro anunció su decisión de abandonar ese organismo en 2017.
A la postura de México y Bolivia sobre la representación de Venezuela se sumaron los representantes de Nicaragua, Argentina, Dominica, Antigua y Barbuda, Belice y Trinidad y Tobago, que intervinieron durante la ronda de verificación de acreditaciones.
El presidente de la 51 Asamblea General y canciller de Guatemala, Pedro Brolo, tomó nota del pedido de dichos países.
La OEA consideró desde abril de 2019 a Gustavo Tarre como representante de Venezuela. Ese organismo declaró ilegítimo el actual mandato de Maduro, que se inició en enero de ese año y concluirá en 2025.
Por otra parte, la viceministra de Asuntos Multilaterales de Colombia, María Carmelina Londoño, presentó una declaración apoyada por otros países en la que manifiestan su preocupación por la alteración del orden democrático en Venezuela y el deterioro de sus instituciones económicas y humanitarias.
Londoño pidió la investigación de crímenes de lesa humanidad y liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos en Venezuela, además de la celebración de elecciones presidenciales libres, justas y transparentes bajo observación internacional creíble.
Guatemala es anfitrión de la 51 Asamblea General de la OEA, que se desarrolla de forma virtual por segundo año consecutivo debido a la pandemia de la covid-19.
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