En un país sumergido durante los últimos años en una profunda crisis económica, política y social, la educación pasó de ser una prioridad a convertirse en una especie de carga para el Estado. Las deficientes políticas públicas han dificultado el acceso de millones de jóvenes al sistema educativo venezolano, pese a que es un derecho contemplado en el artículo 102 y 103 de la Constitución de la República. Más allá de garantizar un cupo en las instituciones, los jóvenes requieren de otros elementos básicos para poder cumplir con sus estudios: alimentación, transporte, vestido, útiles, entre otros. A estas mismas dificultades se enfrentan cada día los docentes, que con sueldos insuficientes, sin acceso a la salud y sin condiciones de trabajo dignas, se han visto en la obligación de abandonar las aulas para dedicarse a otros oficios que les garanticen su sobrevivencia. Esta es una situación que influye directamente en la calidad de la educación y que pone en jaque el futuro profesional de los venezolanos.
85% de la educación en Venezuela pertenece al sistema público, por lo que es el Estado quien debe ser garante de su buen funcionamiento. Sin embargo, representantes del gremio docente denuncian que desde hace años es muy poco lo que se ha invertido en las escuelas. Mientras que el gobierno culpa de este hecho a las sanciones impuestas por la comunidad internacional, los educadores señalan que esta problemática se viene presentando desde antes de ser estas aplicadas.
Las renuncias de docentes en las escuelas públicas del país alcanzan 50% de la plantilla de profesores, según un estudio realizado por la ONG Fundaredes.
Estos números coinciden con las cifras de la Asociación Civil Con la Escuela, que monitorea un total de 72 planteles en todo el país. Apuntan que 43% de las instituciones reportaron tener falta de docentes, especialmente en la etapa inicial y primaria, donde alcanzó 18%.
En bachillerato, las materias de ciencias como Matemáticas, Física y Química también presentaron ausencia de profesores. Así como en las áreas técnicas, tales como Refrigeración, Carpintería o Mecánica.
Ante esta situación, Luisa Pernalete, miembro del centro de investigación y formación del Fe y Alegría, alertó que los docentes son el recurso principal que requieren las instituciones educativas para mantenerse en funcionamiento. «Sin maestros no hay escuela», precisó en declaraciones a El Nacional.
El motivo principal por el que los docentes dejan sus cargos es el factor económico. Con un salario que varía entre 80 y 180 dólares mensuales, los educadores carecen de los ingresos necesarios para garantizar su derecho a la alimentación, transporte, vestimenta, y recreación, tal como lo establece la Constitución.
En el año 2018 se firmó y aplicó el factor de las tablas de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre), lo que violó todo lo referente a la progresividad de los derechos laborales y puso a los trabajadores públicos en desventaja. También se eliminó o redujo algunas primas y cláusulas que tenían hasta ese momento los docentes.
«Por ejemplo, hay unas primas de antigüedad que pasaron de 50 a 10%. Por eso, estamos solicitando que esté instructivo sea eliminado, pues viola todo lo que es el contrato colectivo y la ley que se ha establecido en las mesas de negociación», señaló Edgar Machado, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital, en una entrevista para El Nacional.
El Ministerio de Educación también ha evitado la firma de un nuevo contrato colectivo. «Alegan que no hay dinero», denunció Machado.
El sueldo de los educadores venezolanos se encuentra, hoy día, por debajo de los salarios que ofrece Cuba y Haití, que son dos de los países de América que menos pagan a sus docentes.
Los educadores se reinventan para sobrevivir
Los maestros que han decidido continuar impartiendo clases han estado expuestos a muchas precariedades. Al menos 46% se traslada a pie a sus lugares de trabajo, revela una encuesta realizada por la Asociación Civil Con la Escuela junto a la Red de Observadores Escolares.
80% de los encuestados que se moviliza a pie coinciden en que no tienen para comprar zapatos nuevos. Además, 20% de los maestros también indica que no come tres veces al día y 2% solo lo hace una vez.
Esta situación ha llevado a muchos docentes a reinventarse. La mitad de los educadores consultados en la encuesta publicada en mayo admitió que tienen fuentes adicionales de ingresos para sobrevivir. 77% dijo tener solo un trabajo adicional, 18% tiene dos trabajos adicionales, y 3% de los casos asegura tener de 3 a 4 trabajos.
«Algunos no han querido irse de sus colegios porque tienen mucha vocación de servicio, pero la mayoría se está dedicando paralelamente a otros oficios, tales como vender dulces, comida, trabajan para algunas empresas de medio tiempo, redactan tesis, documentos. De cada 7 docentes consultados por Fordisi, al menos 4 están haciendo otra actividad alternativa a su profesión», indicó Gricelda Sánchez, educadora y coordinadora de la organización Fordisi Venezuela.
Quienes no se dedican a otro oficio para poder costear sus gastos generalmente cuentan con algún familiar que les ofrece apoyo económico. «Si los docentes no tuviesen apoyo de un hijo, esposo, u otro miembro de la familia, muchos estarían muertos», acotó Sánchez a El Nacional.
Docentes sin seguridad social
Desde hace años, los docentes tampoco cuentan con seguro médico HCM. Dependen de un sistema de salud público colapsado y en crisis para atender casos de emergencia, intervenciones quirúrgicas o hacer seguimiento a algunas patologías.
Pese a que los educadores también tienen acceso a los centros de salud llamados Ipasme, creados exclusivamente para la atención de este gremio, de las 66 sedes que se encuentran en todo el país son pocas las que están en funcionamiento.
«Con las protestas hemos logrado la apertura de algunos Ipasme en el país, pero no están funcionando las unidades al 100%. De hecho, hay muchas denuncias de maestros que al momento de ir a pedir una cita de emergencia las asignan con mucho tiempo de espera, de incluso varios meses, o simplemente dicen que no están asignando citas de momento», dijo la coordinadora de Fordisi.
Estos centros tampoco han estado exentos de irregularidades. Durante algunos años, estuvieron abiertos al público en general y no solo a los educadores. Esto ocasionó un colapso en la atención, por lo que muchos docentes al momento de asistir no podían ser atendidos.
«Este es un servicio que a los educadores se nos descuenta quincenalmente, es decir, los Ipasme son mantenidos únicamente por el gremio. Gracias a la última gestión del Ministerio de Educación, esta situación se logró revertir hace poco», explicó Machado.
Actualmente, en los Ipasme abiertos solo están disponibles servicios médicos básicos y muy pocas especialidades. Por ejemplo, aun cuando se trata de un gremio compuesto por 83% de mujeres, no está operativo el servicio de ginecología.
Los docentes también carecen de acompañamiento psicológico y afectivo en un momento en el que se ha demostrado que la salud mental es tan importante como la física.
«Los maestros necesitan acompañamiento psicoafectivo. Conocer cuáles son sus problemas y dificultades para tratar de brindarles apoyo, pues son víctimas al igual que todos de la crisis que padece el país. Además, necesitan en muchos casos orientación para tratar con los problemas que se puedan presentar en las aulas, en relación con los alumnos o cómo abordar algún tema en específico», indicó Pernaleta.
Persecución y acoso laboral
El regreso a las clases presenciales, tras más de dos años de actividades a distancia por la pandemia, trajo para los docentes nuevos casos de persecución y acoso laboral. «Los directivos no los dejan entrar a las instituciones, los obligan a trasladarse, a firmar renuncia, les suspenden los salarios o los egresan de nómina», reveló la representante de Fordisi.
Muchos de los educadores han sido suspendidos de sus actividades alegando abandono de cargo, aun cuando les han comunicado a sus superiores que se encuentran de reposo médico o padecen de algún otro tipo de inconvenientes como falta de dinero para trasladarse a sus sitios de trabajo.
Cabe destacar que la principal consecuencia de esta acción es la suspensión del sueldo, que deja a los educadores en una situación aún más vulnerable.
«Esto no debería de hacerse. El Ministerio de Educación debe realizar un seguimiento a las razones por las que algún docente puede estar faltando constantemente a su trabajo. Luego, se puede determinar si efectivamente es o no justo que se le suspenda su salario», precisó Machado.
Muchos de los directivos que se han dedicado a acosar y perseguir a los maestros fueron elegidos por razones políticas y no por méritos propios, afirmó Machado, agregando que estas personas no están capacitadas para estar al frente de una institución académica.
Denunciamos que Yelitze Santaella avala que a miles docentes del #MPPE se le suspenda su salario de manera arbitraria calificando el hecho de "falsos rumores".
No podía faltar Orlando Pérez para la comparsa incluídas amenazas en un acto que violentó derechos fundamentales.
— Gricelda Sánchez (@grisisanch) June 17, 2022
No hay generación de relevo
Al ser una de las profesiones peor pagadas del país, la carrera docente dejó de ser atractiva para los bachilleres. El número de estudiantes en todas las escuelas de Educación del país se ha reducido considerablemente, dejando a Venezuela sin una generación de maestros de relevo.
«Tenemos que saber de dónde van a salir los educadores de la generación de relevo. Hay un gran reto para la sociedad, que es salvar la educación. Es importante recordar que, sin educación, un país no puede salir de la crisis. ¿Dónde se enseña a trabajar en la escuela?», señaló Luisa Pernalete.
La investigadora reiteró que la labor de los educadores es insustituible, por lo que rechazó que ante la falta de docentes preparados, en algunas instituciones se otorguen cargos a personas que no están graduadas en docencia.
La coordinadora de Fordisi señaló que desde su organización han podido confirmar que muchas personas poco preparadas están impartiendo clases en instituciones públicas en todo el país.
«No cualquiera puede ser maestro. No se pueden sustituir a los docentes con personas del plan Chamba Juvenil. Un maestro necesita formarse», precisó Pernalete.
Calidad de la educación en juego
«Es increíble como ha desmejorado la calidad de la educación venezolana», señaló el presidente del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital, quien consideró que el principal motivo es la deserción de docentes preparados. Sin embargo, precisó que también influyen otros factores como las condiciones críticas en las que se encuentran las infraestructuras de las escuelas y las políticas adoptadas por el Ministerio de Educación.
En bachillerato, cuando no se puede hallar un profesor que imparta alguna materia durante todo el año, simplemente se promedia la nota con el resto de las asignaturas y se le asigna a la misma. Es decir, los jóvenes pasan de grado sin tener ningún tipo de conocimiento en el área donde hubo ausencia de docente.
«Es algo que por lo general no se divulga, ni se dice, pero que está ocurriendo actualmente. Es muy grave», señaló a El Nacional el coordinador de Con la escuela, Óscar Rose.
En el caso de primaria, la situación pandemia y la falta de docentes ha ocasionado fallas en el aprendizaje de los niños, ocasionando que, incluso, algunos lleguen a tercer grado o más sin saber leer y escribir correctamente.
Aún así, el Ministerio de Educación presiona a las instituciones para que los promuevan de grado, pese a no contar con las herramientas necesarias para asumir el nuevo año.
Rose explicó que cuando un niño no aprende en el tiempo establecido, luego le es más difícil obtener estos conocimientos y suele tardar mucho más. Advirtió que en Venezuela hay muy poco personal capacitado para recuperar el aprendizaje atrasado.
Debido a que en el país no se realizan trabajos estadísticos desde hace muchos años, es difícil determinar en cuánto ha disminuido la calidad de la educación y qué tan preparados están saliendo los jóvenes de primaria y bachillerato, destacó Pernalete.
Por su parte, el coordinador de Con la Escuela alertó que ante toda la problemática que afecta a la escuela venezolana en la actualidad. «Esta generación se encuentra en grave riesgo educativo».
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