La Universidad de Oriente, al igual que muchas otras casas de estudio públicas que hay en el país, está sumida en la desidia gubernamental. Para sus estudiantes y profesores, es un verdadero suplicio cursar o dar clases allí.
“Los entes encargados no hacen nada y por más que se exijan los derechos no nos prestan atención. No hay presupuesto para un comedor y mucho menos para las unidades de transporte. Los docentes no son bien pagados y los estudiantes becados no existen”, denunció Alba Hidalgo, estudiante de Medicina de la UDO, al medio peruano La República.
Hidalgo indicó que la infraestructura de la Escuela de Medicina está completamente abandonada. No cuenta con energía eléctrica desde hace dos meses y tampoco tiene baños habilitados, pues todos están llenos de heces y orina.
“Estudiar en una universidad pública es la peor desidia, y el abandono que hay es de otro mundo”, señaló la joven.
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Andrea Castagnoli señaló que la Escuela de Arquitectura no solo no cuenta con electricidad, sino que tampoco con agua. La estudiante estimó que la falta de ambos servicios data desde hace cuatro semestres.
La presidenta del Centro de Estudiantes de Arquitectura de esa casa de estudios dijo que los robos y la migración es otra de las constantes. “La gente quiere ir, estudiar y salir. Ya nadie tiene ganas de protestar por algo que no va a pasar”, refirió.
Castagnoli, al igual que muchos otros estudiantes, han pensado en reiteradas ocasiones abandonar la universidad y migrar del país. Los profesores, que ganan apenas 0,67 dólares por jornada, también abandonan sus puestos de trabajo en busca de mejores oportunidades en el extranjero.
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